Sam intenta hacer la prueba genética a Molly para saber de quién es el bebé que espera. Sin embargo, la doctora tiene el acceso restringido a su laboratorio y tras horas esperando, se salta el cordón de seguridad, para averiguar por qué no le dejan hacer su trabajo. A Sam no le huele bien lo que está sucediendo y no duda en advertir a Molly para que escape de lo que parece una trampa de Alan Sparks.