Javier Gómez Bermúdez presidió la sala de la Audiencia Nacional que juzgaba el caso del Yak-42 y condenó por las falsas y malas identificaciones que se hicieron de los fallecidos en ese accidente. Posteriormente se vio como el Gobierno de Mariano Rajoy indultaba a dos de los condenados.

El juez Bermúdez asegura que “el indulto es una institución que tal y como está regulada es profundamente antidemocrática. Va contra la división de poderes pero es necesario”. El indulto no goza de buena prensa. Esto se soluciona “regulándolo bien”. “El indulto es necesario para corregir la dureza formal de la ley”.

No ha habido ningún indulto que le haya escandalizado. Le llama la atención el no indulto. Por ejemplo, el de Garzón. “No entiendo cómo no está indultado”. Bermúdez le hubiera indultado “sin duda, al día siguiente”, aunque cree que la condena es “justa”. “Cuando una persona comete un error concreto en toda una trayectoria de servicios a un país, ese error tiene que ser sancionado. Pero luego, la justicia formal puede ser corregida por el indulto”.

Bermúdez se ha visto envuelto en polémicas políticas. Por ejemplo, cuando es nombrado presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional se habla que es una decisión que favorece al PP. En cambio, cuando sentencia el 11-M se convierte en la ‘bestia negra’ del PP. Asegura que no ha cambiado de ideología. “Sigo siendo la misma persona en el ejercicio de mi profesión. Resuelvo según creo que tengo que resolver”, asegura.

Jordi le comenta si tuvo presiones en el 11-M por parte del grupo socialista. “Yo tuve presiones del mundo mundial. Absolutamente de todos”. “Somos profesionales de la presión, si no, ¿qué es un juez?”.