Flooxer Now» Noticias

RINGS ES MALÍSIMA

Por qué Samara ya no asusta ni al gato (o cómo destruir su recuerdo)

Samara nos acojonó hace 15 años, en el primer remake americano de la japonesa Ringu. Después, la segunda secuela americana de 2005 nos dejó fríos, y ahora Rings regresa para dejarnos con la expresión de “WTF?!”

-Samara ya no es ni la sombra de lo que fue...

Samara ya no es ni la sombra de lo que fue...D.R.

Publicidad

Se podría hacer una tesis de universidad sobre con como los remakes la cagan sin remedio desaprovechando la genialidad de las obras originales. Sin embargo la versión americana de The Ring en 2002 fue todo un acierto que incluso superó a su predecesora japonesa y fue aclamada (casi) unánimemente, llegando a ser un clásico contemporáneo del terror.

Si vas a ver la nueva versión, Rings, te recomiendo que te sientes en la butaca de forma cómoda, de manera que puedas adoptar fácilmente la postura del facepalm porque en solo tres pasos verás como han dinamitado el éxito original hasta convertirlo en una parodia de sí misma:

1. Las víctimas ya no dan miedo.

Cuando Samara se cargaba a alguien en 2002 lo hacía de un ataque al corazón. Aun recuerdo la frase de la madre de la primera víctima de la peli “he buscado en internet, y no he encontrado nada sobre que una chica de 16 años pueda tener un ataque al corazón repentino”, algo así decía la pobre mujer, y entonces aparecía un flasback de cómo habían encontrado a la chica, agazapada en un armario y presa de un brutal ataque al corazón: un sonido chirriante irrumpía y veíamos durante 3 segundos la cara deformada de la chica, con la boca abierta de forma grotesca, los ojos desencajados y un color griásaceo-horrible en su piel. Esa es la marca de la casa, y molaba mucho (si te gusta pegar un respingo en la butaca).

Una clave del éxito de The Ring era mostrar la imagen de las víctimas de Samara solo 3 segundos. En Rings de 2017 no sólo se ha deformado el tipo de imagen macabra de los 'ataques al corazón', haciéndola más vulgar y con menos potencia, sino que se muestran en pantalla como si fueran una foto que pudiéramos contemplar, horas. Viendo en pantalla la imagen del susto como si de una prueba forense se tratara se rompe la magia, eso ya no da miedo.

2. Samara está de vacaciones.

El personaje que aterroriza y da sentido a todo apenas curra en esta secuela. Con eso te lo digo todo. Queremos que Samara nos ponga la piel de gallina con su bailecito sexy al estilo ortopédico-Elvis y ver esos pelos asalvajados. Todo lo que rodea a ese personaje molaba TO-DO, por eso se ganó ser un icono del terror contemporáneo: el agua negra inundando su llegada, música de interferencias cuando se acerca, ella saliendo de un pozo en imágenes de vídeo malo. Pues a los lumbreras del guión de Rings se les ha ocurrido que no hace falta toda esa parafernalia, una vez y basta. Así que para cara desencajada la nuestra. Esto es como ver una secuela de Regreso al futuro sin Delorean.

Porque Samara lo es todo. El rollito del pozo es la raíz original de Ringu y de las leyendas japonesas de terror, allí a los fantasmas melancólico-agresivos con los pelos alborotados y vestidos de mortaja se les llama Yūrei. Samara es la reina de la saga, sin ella nada tiene sentido.

3. El guión da vergüenza ajena.

Viendo Rings no sabes si te has equivocado de sala y has entrado a ver una parodia de Destino final, Sé lo que hicisteis el último verano (por la chica de la curva, que también aparece) o una versión de terror de The Big Bang Theory (Leonard Hofstadter haciendo de profesor universitario...). Es como si estos personajes sólo tuvieran que esquivar a la muerte, pero todo lo místico y estético que rodeaba al “The Ring” original hubiera desaparecido y hubiera sido sustituido por tonterías. El guión de la peli probablemente tenía varias páginas con este texto “blah, blah, blah, miedo, blah, blah, blah, susto”.

Si buscas una peli con guión consistente sobre jóvenes que temen morir en poco tiempo si no hacen un sacrificio, te recomiendo It Follows (2014), esa sí que mola. Todo lo que verás en Rings es un despropósito sin pies ni cabeza para sacarte los cuartos.

Publicidad