Flooxer Now» Noticias

Los ‘macho men’ se divierten a costa de mi nuevo look

Ahora llevo el pelo corto y todos los hombres me dicen si me he hecho bollera

Lo peor de todo no es que los ‘macho men’ se diviertan a costa de mi nuevo look. Lo peor es que también hay mujeres que me consideran menos femenina por haber cortado por lo sano. Para tirarse de los pelos, oiga.

-Pelo corto

Pelo corto Pexels

Publicidad

Hacía cinco años, para ser exactos, que no llevaba el pelo corto o, como suele decirse, “a lo chico”. Como si fuese un rasgo exclusivo de los hombres, en fin. Ya no recordaba lo que era sentir la brisa en mi nuca (no diréis que no me pongo intensa cuando quiero) o prescindir de todo tipo de artilugio tecnológico para secarlo y peinarlo. Un alivio y una comodidad, para qué engañarnos.

Sin embargo, lo que sí recordaba eran los comentarios que muchos amigos (y otros tantos conocidos), todos varones, habían hecho un lustro atrás, referidos a que mi condición sexual podría verse puesta en entredicho por querer ser la más moderna de mi barrio. Pues tengo noticias, mundo, esas mismas bromas siguen vigentes a día de hoy.

Para los que no pillen aún de lo que va la vaina (loca), mis queridos colegas masculinos creen sumamente divertido decirme que por llevar el pelo corto “pareces bollera”. Bollera, ojito también con el término.

¿Acaso creen que me ofenden? ¿Qué me voy a ir llorando a casa porque consideran que no puedo gustarle a un hombre por el mero hecho de no presumir de pelo ‘Pantene’? Sé que no lo dicen a malas, de eso estoy totalmente segura. Es, desgraciadamente, una de esas semillas venenosas camufladas de humor que se han quedado incrustadas en esta nuestra sociedad aparentemente a la cabeza de la modernidad. Ejem, ejem.

Me hace gracia, y al mismo tiempo me da pena, comprobar como algo tan banal como el peinado puede llegar a condicionar tanto la imagen que alguien tiene de otra persona. Sobre todo de las mujeres. En mi caso, he conocido a muchísimos hombres con el pelo largo y a ellos nadie les dice que parecen chicas o que a partir de ese momento van a empezar a ser rondados (qué gran verbo) por miembros de su mismo sexo. ¿El motivo? Los estereotipos.

En estos cinco años, cinco días del orgullo LGTBI han sido celebrados en nuestro país. Las diferentes organizaciones para la visibilidad de este colectivo han trabajado duramente para que la sociedad los acepte por completo. No obstante, cada año que pasa muchos medios se hacen la misma pregunta: “Y las lesbianas, ¿dónde están?”. Porque si en el mundo heterosexual hay desigualdad de géneros, el homosexual no iba a ser una excepción.

“Seguro que ya te han dicho un millón de veces que pareces lesbiana”, me dijo mi amiga Laura, homosexual, cuando me vio llegar con mi nuevo look. Obviamente no pude más que confirmar su suposición y ella puso los ojos en blanco y me dijo en tono sarcástico: “Ponte una camisa de cuadros y te damos el título de bollera”.

Por supuesto, Laura está harta de la creencia de que las lesbianas son poco femeninas: “Hay de todo, igual que hay ‘gays’ poco masculinos. El problema es que estos pequeños comentarios siguen estando presentes en la sociedad en forma de chiste. El del pelo corto es el típico, no desesperes”. No lo hago, ya sabía lo que me esperaba cuando corté por lo sano.

De hecho, me maravilla comprobar que los hombres con los que tengo menos confianza también se quedan impactados y no saben cómo reaccionar cuando me ven: “Vaya, ¡menudo cambios! Estás…”.

Y ahí es cuando yo me quedo mirándolos fijamente intentando adivinar qué estará pasando por su mente. Nada, seguramente. Normalmente terminan la frase con un “diferente”, “cambiada” o “distinta”. Muy observadores todos, claro que sí.

“Es normal que te pase eso. Es que a los hombres les gustan más las mujeres con el pelo largo”, me contestó María cuando quise compartir con ella lo que me estaba ocurriendo una vez más en la vida. Un momento. ¿Mi amiga les estaba dando la razón?

Ay, madre. Ni sí ni no, ni todo lo contrario. Aunque María no estaba de acuerdo con el hecho de que se cuestionase mi orientación sexual en base a mi peinado, sí que entendía el shock que causaba en los hombres la llegada de una mujer con el pelo “a lo chico”.

“A ver, que tienes mucho mérito llevándolo así. Yo nunca me lo haría”, me dijo, yo creo, intentando justificarse. Apaga y vámonos porque era lo que me faltaba por oír. Pero un momento porque aquella conversación me hizo abrir los ojos. ¿A cuántas chicas conozco que lleven el pelo corto, pero corto de verdad y no media melena?

De mi círculo de amigas, una. Conocidas no llegará a veinte. Inquietante. Una revelación que lo fue más cuando saqué el tema en varias conversaciones más con diferentes colegas féminas.

A la pregunta “¿por qué no lleváis o habéis llevado el pelo corto?”, todas se quedaron mudas. Realmente, ninguna se había planteado esto nunca. El problema llegó con la cuestión del millón: “¿Creéis que a los hombres les gustan más las mujeres con el pelo largo?”. La respuesta fue unánime: “Sí”.

Así pues, en mi mente ronda una idea que muchos tacharan de loca pero que a mí me perturba: “¿Será posible que seamos nosotras mismas las que nos hemos negado a llevar el pelo corto por miedo a no gustar a los hombres o a ser consideradas lesbianas? Pregunto.

En mi caso, siempre me ha dado bastante igual lo que pensase la gente (y mucho más los hombres), pero escribiendo estas líneas recuerdo como durante un viaje con amigas por Estados Unidos ligué con un americano al que le maravilló mi pelo corto.

“No sé porque todas las chicas lleváis el pelo largo o con extensiones. Tu corte de pelo hace que te veas diferente a las demás y destaques”. Vaya, mini punto para el pelo corto (sin golpe de melena) con o sin bollería de por medio.

Publicidad