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Adulcentrismo

Adulcentrismo o el privilegio de controlar como adultos a los niños

Hace unos meses la madre de un menor fue condenada por pegar un bofetón a su hijo de 11 años. Habría mucho que analizar en esta denuncia sentencia (trabajos a la comunidad y privación del menor durante meses), revanchista de un padre divorciado despechado hacia su mujer y exagerada, en mi opinión, ya que privar de ver al hijo me parece un error, pero sí estoy a favor de poner atención a estos hechos.

-Niño llorando

Niño llorandoGetty Images

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Se dice con total impunidad y comprensión&aceptación social “es que a veces me pone el crío que pierdo los nervios y claro, le doy un guantazo” y pulula libremente la idea de que “una torta a tiempo ahorra muchas tonterías”.

Básicamente se está normalizando la violencia de los adultos a las criaturas solo porque ellos son adultos y ellas criaturas, es decir, se está normalizando que las relaciones de poder entre los diferentes grupos de edad no sean igualitarias, que están jerarquizadas y se justifican con un “así ha sido siempre y no pasa nada”.

A ver, pasar, pasa, ya no porque se les cree un trauma que a algunos sí y a algunos no, ya que el sufrimiento es subjetivo pero se les enseña que la violencia es una respuesta tan válida como cualquier otra y que además es para corregir comportamientos inadecuados, que es porque hay personas que se merecen la violencia, ¿no os suena esto a las justificaciones de la VG?

Tener más edad es tener ciertos privilegios que no tienen las/os menores. Un niño/a está en una posición inferior de poder frente a un adolescente, este a su vez no tiene los mismos privilegios que un joven, el adulto está por encima del joven, pero el adulto está en una posición de superioridad sobre los niños/as, adolescentes y jóvenes y ese privilegio (jerarquía de mando) está atravesado por el género.

Este privilegio (el adulto es superior) o jerarquía de mando se denomina adultocentrismo e indica que existen relaciones de poder entre los diferentes grupos de edad que son asimétricas. Los adultos gozan de privilegios por el solo hecho de ser adultos, porque la sociedad y la cultura así lo han decidido.

Esta visión del mundo se ha construido sobre una orden social llamada patriarcado, la cual se caracteriza por relaciones de dominación y opresión establecidas por los hombres sobre las mujeres y las criaturas.

A las mujeres se las somete o excluye por cuestión de género y a las criaturas por cuestión de edad. En la familia aprendemos el adultocentrismo y en las relaciones sociales lo reforzamos, así esperamos ser mayores para gozar de una serie de privilegios que cuando somos menores no tenemos, el típico cuando seas mayor comerás huevos.

El pensamiento adultocéntrico considera a las niñas/os, adolescentes y jóvenes como inacabados, en preparación para ser adultos y que, cuando lleguen a la adustez, podrán integrarse plenamente a la sociedad y ser respetados.

El adulto es el modelo acabado al que se aspira para el cumplimiento de las tareas sociales y la productividad en la sociedad (Krauskopf, 2000) cabe destacar que es adulto por eso las mujeres en la cultura aparecemos muchísimas veces fragmentadas.

En estas relaciones desiguales entre adultos y adolescentes está presente el adultismo. Este concepto se refiere a infravalorar y menospreciar todo comportamiento, acción o comunicación del adolescente solo porque tiene menos años de vida.

Se usa también para infravalorar y menospreciar a mujeres adultas infantilizándolas con diminutivos de su nombre.

El adultismo se produce porque es una herramienta de control y poder. Si el adultocentrismo es la forma de consagrar privilegios para los adultos basado en la diferencia de edad y superioridad de la condición adulta, el adultismo representa una resistencia a los cambios.

En general, a las/os adolescentes no se les da la oportunidad de participar o informarse sobre temas relevantes para ellos y para la sociedad porque los adultos piensan que no tienen suficiente experiencia.

Estos mensajes los interioridad las/os adolescentes y los hacen parte de su personalidad y los reproducen con las niñas/os más pequeñas/os. Las prácticas adultistas en una sociedad adultocéntrica también afecta a los adultos porque afecta a la manera en que nos tratamos que no es otra que la jerarquía de mando (ubicar a otros en posición de inferioridad).

¿Es esta la sociedad la queremos?, ¿una sociedad que no deja de reproducir el patio de un colegio? Nada te define mejor en la vida que lo que eras en el patio del colegio y el patio del colegio se articula bajo la jerarquía de mando.

Está muy bien tener protocolos anti bullying pero de poco o nada sirven si no cambiamos el relato cultural machista y la sociedad patriarcal ya que las criaturas hacen lo que ven y con ese lo que ven no me refiero solo en casa sino en la tele, la familia, los amigos, el parque, el colegio, las canciones, los cuentos, los libros de texto.

El adultocentrismo solo es posible en las sociedades patriarcales, en las sociedades en donde se dan relaciones de poder asimétricas. Creo que ya nunca admitiría un “la pegué porque me puso de los nervios, de alguna manera tendré que educarla”, dicho de un hombre hacia una mujer, dejemos de decirlohacerlos con las criaturas porque ni las mujeres somos de nadie ni las criaturas son tuyas.

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