Las células cancerosas pueden sufrir miles de mutaciones en su ADN, pero solo un puñado de ellas realmente impulsan la progresión del cáncer.

Distinguir las mutaciones dañinas de las neutrales podría ayudar a los investigadores a identificar los mejores objetivos farmacológicos.

Este nuevo modelo informático, desarrollado por el MIT, junto con la Universidad de Harvard, ha supuesto un reto porque algunas regiones genómicas tienen una frecuencia muy elevada de mutaciones pasajeras, ahogando la señal de los conductores reales.

Los investigadores descubrieron otras mutaciones en el genoma que parecen contribuir al crecimiento de los tumores en un 5/10 % de los pacientes con cáncer.

Los hallazgos podrían ayudar a los médicos a identificar los fármacos que tendrían más posibilidades de tratar con éxito a esos pacientes.

Desde que se secuenció el genoma humano hace dos décadas, los investigadores han rastreado el genoma para tratar de encontrar mutaciones que contribuyan al cáncer haciendo que las células crezcan de forma incontrolada o evadan el sistema inmunitario.

El 30% de los pacientes con cáncer no tiene una mutación conductora detectable que pueda utilizarse para guiar su tratamiento.

El nuevo modelo del MIT ha podido ampliar el panorama conocido de mutaciones que pueden provocar cáncer. Actualmente, cuando se examinan los tumores de los pacientes en busca de mutaciones responsables del cáncer, en dos tercios de los casos aparece un factor impulsor conocido.