Una investigación publicada en la revista Regional Anesthesia & Pain Medicine afirma que el dolor a nivel general presenta relación con un mayor riesgo de accidente cardiovascular, así como más posibilidades de padecer cualquier tipo de demencia, incluida la enfermedad del Alzheimer.

Esto es así independientemente de factores que propician estos problemas, como la edad, la salud a nivel general o el estilo de vida. Así, el dolor generalizado constituye un dolor crónico que puede desencadenar trastornos musculoesqueléticos.

Distintos estudios sugieren que esta dolencia puede favorecer la predicción del cáncer, así como la enfermedad arterial periférica y las enfermedades cardiovasculares; además, ha evidenciado un riesgo de mortalidad más elevado.

A pesar de que el dolor crónico puede indicar precozmente el deterioro cognitivo, la relación entre el dolor generalizado y el mayor riesgo de demencia o ictus no está del todo clara. Para averiguarlo, los científicos analizaron datos de participantes de la segunda generación del Estudio del Corazón de Farmingham.

Este estudio, conocido como Estudio Offspring, presenta un carácter multigeneracional y de larga duración. Así, los participantes fueron sometidos a un examen físico, pruebas de laboratorio y evaluaciones detalladas de dolor.

De este modo, el dolor quedó dividido en tres grupos:

  • Dolor generalizado: en ambos lados del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura, la columna vertebral, el cráneo y las costillas.
  • Dolor en una o más articulaciones solamente.
  • Sin dolor en ninguna articulación.

Por otro lado, se recogió información acerca de factores que favorecen su apariencia, tales como presión arterial alta, diabetes, peso (IMC), estilo de vida, situación laboral, depresión, historial médico para el dolor, estado civil o nivel educativo.

Se comenzó a seguir a los pacientes para identificar el momento en el que se iniciaba el deterioro cognitivo y la demencia clínica (diez años de media), y un primer accidente cardiovascular (una media de 15 años).

En este sentido, durante el periodo de seguimiento se diagnosticó demencia a 188 personas, de las cuales el 27% tenía dolor generalizado, mientras que el 73%, no lo padecía. Asimismo, 139 personas padecieron un ictus, de las cuales el 22% sufría dolor generalizado y el 78%, no.

Atendiendo a los factores potencialmente influyentes, las personas con dolor generalizado presentaron un 43% más de probabilidades de sufrir cualquier tipo de demencia, un 47% más de posibilidades de padecer Alzheimer y un 29% de mayor riesgo de sufrir ictus que aquellas personas sin dolor generalizado.

Al ser un estudio observacional, no es posible determinar la causa. Sin embargo, estos resultados evidencian que el dolor generalizado podría afectar a la función cognitiva o desembocar en demencia, Alzheimer o ictus, con independencia de los factores influyentes.