Se trata de una investigación llevada a cabo por el consorcio OncoArray Consortium formado por 418 científicos británicos estadounidenses y australianos, de casi 300 departamentos diferentes.

Paul Pharoah, de la Universidad Cambridge, ha explicado que la constitución genética de una mujer representa alrededor de un tercio el riesgo que pueda tener de desarrollar este tipo de cáncer.

El experto ha afirmado que se sabe que hay elementos que reducen el riesgo de desarrollar cáncer de ovarios, entre ellos tomar la píldora anticonceptiva, tener ligaduras de trompas y tener hijos.

Los defectos hereditarios hallados en genes como los BRCA1 y BRCA2 representan alrededor del 40% del componente hereditario y si bien esos defectos son raros, se asocian con un alto riesgo de desarrollar el cáncer, un 50 % para los portadores del BRCA1 y 16 % para los BRCA2,  y también de desarrollar el cáncer de pecho, según este estudio.

En cuanto a las variantes que son comunes entre la población, presentes en más de una entre 100 personas, representan la mayor parte del resto de los componentes de riesgo heredados.

El consorcio estudió el genoma de más de 25.000 mujeres con cáncer de ovario epitelial y lo comparó con el de casi 41.000 sanas. Posteriormente, analizaron los resultados de otros 31.000 portadores de mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2, que incluían casi 4.000 pacientes de cáncer de ovarios epitelia.

Así, los científicos pudieron identificar 12 variantes asociadas con el riesgo de desarrollarlo y confirmaron la asociación de 18 de las variantes ya detectadas.