Investigadores de China, analizaron datos de estudios realizados entre 1966 y 2015, comparando pacientes tratados con macrólidos con otros similares tratados con otros antibióticos o sin tratamiento antibiótico. 

Así, los investigadores han encontrado unos 80 casos de taquiarritmias ventriculares, latido rápido que puede conducir a la muerte súbita cardiaca por millón de ciclos de tratamiento en los pacientes que no tomaban macrólidos, frente a las 118 taquiarritmias ventriculares adicionales o muertes cardiacas repentinas por millón de ciclos de tratamiento en los que tomaban macrólidos. 

En este último grupo, también se detectaron 36 muertes cardiacas repentinas adicionales por causas distintas de taquiarritmia ventricular y 38 muertes cardiovasculares adicionales por cada millón de ciclos de tratamiento, según los resultados de este estudio. 

Los investigadores examinaron por separado los macrólidos comúnmente utilizados azitromicina, claritromicina y eritromicina y vieron que todos se asociaron con un mayor riesgo de muerte o taquiarritmias cardiacas ventriculares repentinas; y azitromicina y claritromicina se vincularon con un mayor riesgo de muerte cardiovascular, pero sólo claritromicina se relacionó con un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa.