Se trata de una prueba, relativamente fácil de realizar, aunque requiere la plena colaboración del paciente. 

¿En qué consiste?El paciente tiene que realizar una inspiración profunda para después expulsar el aire con intensidad, tiempo y coordinación para obtener valores medibles y con significado clínico.

Para conseguirlo es crucial el entrenamiento del profesional que realiza la prueba. A pesar de todo, la espirometría de calidad es un objetivo asumible, tal como se ha demostrado en estudios epidemiológicos y el Sistema Nacional de Salud en su globalidad está preparado para facilitar la realización de esta prueba tanto a nivel de Atención Primaria como a nivel de Neumología.

Por lo tanto, es posible aspirar a una espirometría de calidad en todos los ámbitos asistenciales.