Constantes y Vitales se centrará en la necesidad de mejorar la comunicación y la información buscando, en este sentido, potenciar y lograr un grado de confianza en el médico y el paciente. De esta forma, podrán llevar un buen tratamiento, con una adherencia que se extienda desde el inicio del mismo hasta el final. Se centrará la campaña, por lo tanto, en destacar esa necesidad de continuar el tratamiento y darle la relevancia que merece.

‘Tómalo en cuenta’ prestará también una especial atención a los servicios médicos, uno de los principales afectados por la necesidad de que se cumplan los tratamientos. Por ello, Constantes y vitales llevará esta campaña hasta los profesionales de atención primaria, hospitales y farmacias con el fin de facilitar herramientas que aporten confianza, claridad y cercanía a la hora de comunicar a sus pacientes el mensaje: seguir de manera estricta las pautas indicadas por el médico más allá del propio tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en 2003 el término adherencia como “el grado en el que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicamentos, seguimiento de dieta o modificación de hábitos, se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario”. Lo cierto es que esta falta de adherencia ya está definida como “un problema mundial de gran magnitud” y, por ello, hay que conocer las consecuencias que este hecho puede tener.

La campaña está formada por diversas acciones, comenzando por la emisión del spot principal en laSexta. En la radio, serán EuropaFM y Melodía los encargados de sensibilizar a los oyentes, mientras que constantesyvitales.com ofrecerá contenido específico.

Las causas de una escasa adherencia

A la hora de hablar de adherencia a los tratamientos de los diferentes pacientes, es necesario incidir en que solo la acción coordinada de estos con los profesionales sanitarios supone un camino de mejora. De esta forma, se obtendrán resultados más satisfactorios si el paciente entiende la enfermedad y comparte lo prescrito, porque será aún más consciente de la importancia de cumplirlo.

La falta de adherencia se debe principalmente en la inexistencia de rutinas. Los pacientes son poco constantes, no quieren seguir el tratamiento o, simplemente, se olvidan de ello. Tomarse un medicamento para una enfermedad diagnosticada es algo crucial, lo que determinará su posterior evolución, y no realizarlo dentro de una rutina, como recomiendan los expertos, de la misma forma que se realizan otras, es un error.

El perfil del “no adherente” y sus consecuencias

La efectividad de los tratamientos solo es comprobable cuando este ha finalizado en los plazos y de la forma correcta. Además de un problema de salud, la inexistencia de adherencia genera un aumento de los costes sanitarios, especialmente cuando por esto se provoca una recaída.

Aunque no existe una fórmula que asegure el cumplimiento, es imprescindible adaptar la intervención al paciente individual y, cuando sea necesario, combinar varias para optimizarla. De no terminar podría generar, entre otros, problemas de calidad de vida, inducir a la aparición de efectos secundarios…

Según lo concluido en el primer estudio nacional sobre adherencia al tratamiento en patologías crónicas elaborado por el Grupo OAT (Observatorio de la Adherencia al Tratamiento), el perfil tipo de la persona “no adherente” correspondería a las siguientes características: menor de 50 años, con un nivel de renta por debajo de 1.300€ y por encima de 2.700€, que vive solo o con cuidador no familiar, fumador, sin actividad física ni disciplina nutricional y con algún proceso crónico.

Estos datos se han obtenido tras analizar a pacientes de las 12 patologías crónicas más prevalentes, entre los cuales el 48,4% ya son considerados dentro del grupo de “no adherentes” (dato similar en hombres y mujeres). El estudio se ha basado para todas estas conclusiones en casos y pacientes que sufren Diabetes, Hipertensión, EPOC, Asma, Hipercolesterolemia, osteoporosis, depresión, enfermedades reumáticas, insuficiencia cardíaca, isquemia miocárdica, patologías cardíacas que precisan anticoagulación y vejiga hiperactiva.

Profundizando en los resultados, las razones más habituales que estos aluden para no seguir con el tratamiento son: no adquirir la medicación en la farmacia porque tiene en casa (78%), olvidar tomar los medicamentos (31%), abandonar ante los primeros síntomas de empeoramiento (21%) de igual forma que si lo perciben de mejora (20%) y el incumplimiento de los horarios que se habían establecido (15%).

Dentro de los grupos de edad que más razones han aportado, son los menores de 50 años los que tienen más recelos para no continuar el tratamiento. Además de la edad, el número de patologías y tratamientos de un paciente, y la necesidad de precisar más información sobre el tratamiento (44%), son otras de las principales causas de la no adherencia. Así, por ejemplo, aluden al deseo de tener una aplicación gratuita específica que les ayude a recordarlo (65%) y la necesidad de precisar más información sobre el tratamiento (60%), como las principales excusas.