Si hay una historia de amor con banda sonora, esa es la de Marianne Ihlen y Leonard Cohen. Musa y escritor, enamorada y amante. Un amor que marca toda una biografía.

La isla griega de Hidra

Se conocieron en 1960 en la isla griega de Hidra, en una colonia de artistas expatriados donde vivían descalzos bajo el sol. Ella, Marianne, lo hacía con su marido, el escritor Axel Jensen, del que también era musa, y su hijo de cuatro meses, el pequeño Axel.

Él, Leonard Cohen, era un desconocido escritor canadiense que vivía en la isla salvaje, comprometido tan solo con su arte. Llegó a la vida de Marianne por casualidad, como un buen hombre que la salvó de su naufragio.

Se acercó para secar sus lágrimas tras verla llorando después de que su marido la abandonase por otra. La invitó a sentarse a su mesa, y desde entonces se quedó en su vida para compartir con ella siete inolvidables años de una relación intermitente. Siete años a lo largo de los cuales Cohen, hasta entonces poeta, descubrió su pasión por la música y vivió una época de grandísima fertilidad literaria. A Marianne le dedicaría su poemario 'Flowers for Hitler'.

Cohen supo ver en Marianne lo que ella desconocía de sí misma. Y nosotros la conocemos a ella a través de las letras de sus poemas y canciones.

El último adiós

La mujer que vivió el amor que muchos otros escribían murió el 20 de julio de 2016, a los 81 años, y poco después de leer estas palabras de quien le dedicó sus melodías: "Bueno, Marianne. Ha llegado un momento en que somos tan viejos que nuestros cuerpos empiezan a fallar, tanto que creo que iré tras de ti muy pronto. Quiero que sepas que estoy tan cerca de ti que si extiendes tu brazo, creo que podrás alcanzar mi mano. Siempre te he querido por tu belleza y tu sabiduría. No necesito decirte nada más, porque tú ya sabes todo de sobra. Solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Mi amor eterno, nos vemos por el camino".

"Quiero que sepas que estoy tan cerca de ti que si extiendes tu brazo, creo que podrás alcanzar mi mano"

Pero meses antes, Marianne echa la vista atrás, y se sienta en la mesa de su comedor, en Noruega, con la periodista de radio Kari Hesthamar. Busca sus gafas y se sumerge en una vieja caja de cartón de papel descolorido, con olor a sótano y a papel amarilleado. Trata de recordar y descifrar momentos pasados mientras hojea montones de fotografías y delgados sobres azules de correo aéreo. Todo lo que una larga vida puede almacenar: cartas, fotos y recuerdos de amigos, de antiguos amantes, de quien ha transcurrido por el mar de su existencia durante medio siglo desde su juventud en Oslo.

El libro

La musa de Cohen cuenta que cuando en mayo de 2005 se encontró por primera vez con la prestigiosa periodista, comprendió que "había llegado el momento de profundizar en el pasado, en esa parte de su juventud, cuando ingenua, hermosa y vulnerable, con poco conocimiento de sí misma". Algunos actos de su tragedia griega eran tan dolorosos que deseaba poder olvidarlos.

Es así como surge 'So long, Marianne', un libro basado en documentos inéditos, en entrevistas y conversaciones con Marianne Ihlen y en sus cartas privadas, notas y diarios de los años 1952-72. También en una entrevista a Leonard Cohen realizada en Los Ángeles a lo largo de 3 días, en otoño de 2005. Además, amigos de Marianne y Axel han contribuido con cartas y datos.

Nueva visita a Hidra

También fue importante una visita a Hidra con Marianne en otoño de 2007 para encajar todas las piezas de la historia. Se retrotrae a los años cincuenta y sesenta. Mucho tiempo, mucha vida y mucho trabajo han discurrido por el mar durante medio siglo. La propia autora desvela que "ha sido como sumergirse en el cofre de un tesoro".

Marianne trasciende el rango de musa para desvelar su historia, escrita en femenino. Una historia que conocemos en la pluma de ellos. Ella misma cuenta: "Todas las cosas extrañas escritas acerca de nosotros son fantasía absoluta y nunca he querido contar cómo fue realmente." Ahora, este libro diferencia la fantasía que muchos hemos cantado, de la realidad de quien ya es inmortal en forma de canción.