Cada día el río Támesis expulsa en sus orillas centenares de objetos que los seres humanos han ido perdiendo en sus aguas durante siglos. Lara Maiklem se encarga de recogerlos, estudiarlos y contar la historia de cada uno de ellos. Lo cuenta a través de 'Mudlarking: Historia y objetos perdidos en el río Támesis'.

Una máquina del tiempo

Lara Maiklem se mudó a Londres atraída por la ciudad, pero pronto se encontró a la deriva añorando la tranquilidad de la naturaleza. En el Támesis fue donde pudo recuperarla y encontrar ese pequeño espacio de paz que tanto significa para ella.

Maiklem viaja al pasado a través del mudlarking, el acto de hurgar en busca de objetos desechados por generaciones anteriores de londinenses. Al alba o al anochecer, Maiklem coge sus botas de goma y sus guantes de látex para explorar las orillas del Támesis. Lleva haciéndolo más de 20 años. "Te da la oportunidad de retroceder en el tiempo y, literalmente, dar la mano en el pasado a todos esos objetos olvidados", nos cuenta.

Un museo bajo el Támesis

Horquillas romanas, pipas de arcilla georgianas e incluso un ojo de cristal. Algunos podrían pensar que son objetos de los fondos de un museo, pero no, estaban en el fondo del Támesis. Este río guarda tantos objetos que podría ser el yacimiento arqueológico más extenso y variado del mundo. "Es como una gran lavadora del tiempo", dice Maiklem.

"El Támesis es como una gran lavadora del tiempo"

Así es como descubre tesoros como un pequeño zapato de piel, que pertenecía a un niño de la Dinastía Tudor en el siglo XV. También medallas de guerra o incluso botones de la Edad Media. "El Támesis es único, y da respeto que puedas sacar las cosas tan perfectas como el día en que se perdió su rastro".

A través de su libro, la autora explica su experiencia y trabajo. Conoce, cuenta y convierte anónimos en historia viva. Recrea la vida de personas que un día pasaron por allí. Hace meses, años o siglos por una ciudad tan caótica e histórica como Londres.