Inconfundible y emblemático. Bien por lo que se ve desde lejos, su cima inclinada a cuarenta y cinco grados, como por lo que hay que observar de cerca: los cuatro zancos en sus caras que le sirven de única base y le hacen levitar treinta metros sobre el suelo. Se trata del Citicorp Center, una joya arquitectónica que en 1977, año en el que fue construido, desafió todas las reglas de diseño hasta entonces conocidas.

No es el rascacielos más conocido de Nueva York, pero probablemente sea uno de los más especiales debido a que los cuatro pilares excéntricos en los que está apoyada su estructura están colocados en un lugar muy poco común. Una estructura tan avanzada para la época que le dio el reconocimiento al ingeniero Bill LeMessurier, aunque muy pronto supo qué es eso de pasar del éxito al fracaso en cuestión de segundos.

El aviso que lo cambió todo

Fue la llamada de Diane Hartley, una estudiante de Ingeniería de la Universidad de Princeton, quien cambió el destino del recién estrenado rascacielos. "Aquella chica de 22 años, mientras hacía su tesis sobre ese edificio, descubrió un error relacionado con el efecto del viento. Se lo contó a su tutor de tesis, quien le dijo que tenía razón y que había que comunicárselo a los ingenieros", nos cuenta el arquitecto y escritor Pedro Torrijos, que ha estudiado este caso.

"Había una posibilidad de dieciséis de que cada año el edificio se viniese abajo"

Gracias a este aviso descubrieron otros errores que se habían hecho durante la obra para abaratar los costes que no eran peligrosos en sí mismos, pero unidos ponía en riesgo la estabilidad estructural de todo el edificio. Según explica Torrijos, "la fuerza más peligrosa para un rascacielos es el viento" y "ante tormentas con vientos de 100km/h, que es relativamente poco, había una oportunidad entre dieciséis de que cada año ese rascacielos de trescientos metros en el medio de Manhattan se viniese abajo".

La tragedia que pudo haber sido

Las consecuencias podrían haber sido fatídicas. Al no tratarse de un derrumbe controlado, el edificio habría caído de lado, empujando a otros de su alrededor, "lo que pudo provocar la catástrofe civil más grande de la historia de Estados Unidos. Algo mucho más grande que el 11S, a lo mejor treinta mil muertos".

"Podría haber sido la catástrofe civil más grande de la historia de EE. UU."

Según Torrijos, el contexto socioeconómico fue uno de los principales causantes de la crisis que desató este error de cálculo. Nos cuenta que el Citicorp Center fue el único rascacielos privado que se construyó en Nueva York en la década de los setenta, unos años en los que la ciudad atravesaba una importante depresión. "En ese clima de crisis, se quiso hacer el edificio más eficaz, pero también el más barato".

De la realidad a la ficción

Esta "casi tragedia" da pie a Pedro Torrijos para crear 'La tormenta de cristal', una novela que mantiene al lector en vilo por el desastre que aquel error podría haber causado. El autor une este suceso con otro que ocurrió el mismo año, el gran apagón de Nueva York, y con otros elementos de ficción, para crear un thriller estrepitoso en el que "admitir los propios errores y es la única manera de salvarse".

Es la excusa perfecta para adentrarnos en los cimientos, y nunca mejor dicho, de uno de los rascacielos más espectaculares del mundo.