Paul Auster y Spencer Ostrander

Traductor: Benito Gómez Ibáñez

Editorial: Seix Barral

Año: 2023

Sinopsis: Pocas familias hay en Estados Unidos que no hayan tenido relación con las armas. Y muchas de ellas, han vivido algún tipo de desgracia relacionada con armas de fuego. Y la familia del escritor Paul Auster no es una excepción.

Cuando el padre de Paul Auster tenía tan solo seis años, su abuela disparó contra su marido, matándolo. Aquella desdicha marcó para siempre a una familia que se vio afectada por generaciones por aquel momento.

Con su propia historia como referente, Paul Auster se embarca en un análisis sobre el problema de las armas de fuego en Estados Unidos. Rescatando anécdotas históricas y vistiéndolas con las elegantes ropas de su prosa, Auster confecciona un repaso a la fatídica relación de un país con la sangre, desde la esclavitud hasta los tiroteos masivos del siglo XXI.

Junto a su texto, las fotografías de Spencer Ostrander retratan el vacío que queda tras el tiroteo. Su cámara capta los lugares donde han tenido lugar esas masacres masivas, pero las inmortaliza tiempo después, sin figuras humanas ni rastro del dolor.

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Porque es una delicia leer siempre a Paul Auster. Más allá de qué esté contando, su talento con las palabras es descomunal. Con una desbordante facilidad te transporta a través de anécdotas e historias aparentemente menores hasta una idea final contundente e inapelable.

En esta ocasión, además, lo utiliza para vertebrar una historia general de los Estados Unidos alrededor de otra muy personal, el asesinato de su abuelo a manos de su abuela. Una anécdota tan privada, que ni su padre ni sus tíos se la contaron jamás a Paul Auster ni a sus primos. Tuvo que ser el azar el que llevara aquella realidad a su presente.

Así, tirando del hilo de su propio pasado, Auster reflexiona sobre el presente y el futuro de un país en cuyas raíces arraigaron las armas de fuego, que se construyó en base a su poder destructor y se convirtió en un poderoso símbolo de su sociedad. Y el lector le acompaña como fiel escudero por aquellos pasajes y estas desgracias y entiende, un poquito mejor, el porqué de las sinrazones que golpean las portadas de los periódicos esporádicamente.

Además, junto a sus palabras, las fotografías de Spencer Ostrander ahondan un poco más en el drama del modo más sutil. Mostrando el vacío y el frío de unos escenarios sin presencia humana. Edificios y calles donde una vez arrancaron decenas de vidas, escenarios del dolor que, al contemplarse en su conjunto, confeccionan un peso diferente en el alma de quien las ve. Un peso cargado con la ausencia, con lo que una vez fue pero yo no será nunca más.