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PIONEROS OLVIDADOS

Diez tecnologías que parecen modernas pero se inventaron el siglo pasado

En lugar de los blogs o los ebooks, las familias de antes se entretenían con el radio facsímil, un aparato que permitía imprimir en casa las noticias que llegaban por radio. Y en vez de enchufar el móvil al coche para escuchar música, los conductores sólo tenían que encender un pequeño tocadiscos portátil. Hasta Facebook tiene su precursor, un juego para fiestas muy común en 1902. Como muestran estos inventos, muchas de las creaciones tecnológicas de hoy nacieron de genialidades pasadas.

Diez tecnologías que parecen modernas pero se inventaron el siglo pasado

Diez tecnologías que parecen modernas pero se inventaron el siglo pasado Julius Neubronner

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Estamos muy acostumbrados a guiarnos en la carretera con el GPS, a hablar con nuestros familiares y amigos aunque se encuentren a kilómetros de distancia y a escuchar música mientras conducimos. Sin embargo, los inventos que lo permiten son recientes y, cuando no se habían extendido, empresas e investigadores desarrollaron toda su creatividad para hacerle la vida más fácil a la gente.

Muchas invenciones del siglo pasado terminaron siendo los antecedentes de las tecnologías actuales y, en algunos casos, son sistemas muy parecidos a los que usamos hoy a la hora de la verdad. Bien por falta de financiación, por un contexto económico inestable o, simplemente, porque no era el momento y la sociedad no estaba preparada, estas creaciones no triunfaron. Años después, algunos sistemas olvidados resurgieron y dieron lugar a dispositivos tan comunes como los libros electrónicos o el GPS. Los grandes inventos nacen de pequeños creaciones y hallazgos anteriores.

A falta de Google Maps

Antes de que se inventara la tecnología de navegación por satélite, necesaria para el funcionamiento de los GPS, ya había un mapa en movimiento que ayudaba a los conductores despistados a situarse en la carretera. ‘Iter Avto’ es un aparato de los años 30 que se colocaba en el salpicader, al igual que los actuales navegadores.

En su interior contaba con un conjunto de mapas en papel enrollados en pequeños cilindros. Un cable lo conectaba al indicador de la velocidad para que se fuera moviendo el rollo a medida que avanzaba el vehículo. De esta manera, se mostraba siempre la zona por la que se estaba circulando.

Como es de esperar, este sistema tan rudimentario presentaba algunas desventajas. Cuando el conductor se desviaba de la ruta, debía colocar un nuevo mapa y encontrar en él su ubicación exacta. Se desconoce el autor del invento, aunque los investigadores apuntan a que nació en Italia.

Mapa en movimiento
Mapa en movimiento | London Media

La llamada más cara de Skype

Antes de que los ordenadores y los teléfonos móviles nos permitieran hacer videollamadas con aplicaciones como Skype o FaceTime, existió un sistema con el que los ciudadanos del siglo pasado pudieron realizar videoconferencias. Picturesphone, de la compañía Bell Telephone Company, que era un pequeño monitor con altavoces que fue presentado en la Feria Mundial de 1964. En ella, los neoyorquinos pudieron ver los rostros y hablar con personas que se encontraban en California.

Una de las razones de que no triunfara el aparato fue su elevado precio. Una llamada de tres minutos podía costar el equivalente a lo que hoy en día son 120 dólares (110 euros, aproximadamente). Quizás no era el momento adecuado para esta avanzada tecnología, y la empresa dejó de vender estos aparatos en 1968 ante la falta de interés del público.

Monitor con altavoces
Monitor con altavoces | LabguysWorld

La falsa novedad de las pantallas planas

Lo que hoy conocemos como pantalla plana o LCD podría haber existido desde hace más de 50 años. William Ross Aiken fue un ingeniero que dedicó su vida a la industria militar estadounidense. En su trabajo como investigador, inventó unas pantallas planas de menos de 8 centímetros de grosor.

Cuando, en la década de los 50, quiso vender su invento, se encontró con un gran rechazo. RCA y General Electric, fabricantes líderes de televisores, habían invertido tanto en los tubos de rayos catódicos que, con este invento, se hubieran visto obligados a cambiar toda la cadena de producción. La negativa de compañías tan prestigiosas como estas dificultó que otros posibles compradores decidieran apostar por este producto.

El ‘ebook’ español

A pesar de que se suele adjudicar a Michael Stern Hart el invento del libro electrónico, treinta años antes de la creación del producto del estadounidense una española desarrolló un aparato que es considerado el precursor de los ‘ebooks’. Ángela Ruiz Robles, una profesora nacida en la localidad de Villamanín, patentó su invento en 1949. Conocida como la enciclopedia mecánica, estaba dirigida a que los estudiantes llevaran menos peso en la cartera. Funcionaba con un sistema de bobinas donde se colocaban los libros y se podía iluminar, emitir sonidos e incluso hacer zoom para ver ampliadas las palabras.

Ángela Ruiz Robles
Ángela Ruiz Robles | Agencias

A vista de pájaro

En 1908, Julius Neubronner, un doctor alemán, patentó una cámara fotográfica en miniatura que colocaba en las palomas, a modo de mochila. El aparato capturaba las imágenes automáticamente según los períodos de tiempo que estableció el propio investigador, a través de un sistema mecánico. El inventor logró fama mundial gracias a este original sistema y lo presentó en exposiciones como la de Dresden, Frankfurt y París en 1909 y 1911. Para sacar rentabilidad, vendía las fotos que sacaba desde el aire a modo de postales. Estas imágenes ofrecían unas vistas impresionantes que permitían a los ciudadanos conocer y explorar el mundo, en una época en que no podían contar con Google Earth o Google Maps ni con drones para ver el mundo desde el aire.

A vista de pájaro
A vista de pájaro | Agence Rol

Música en el coche

Cuando las personas no contaban con un puerto USB, Bluetooth ni un cable para conectar reproductores de música, la solución para llevar música al volante fue insertar un pequeño tocadiscos en el salpicadero. Hecho por Columbia, el fonógrafo fue añadido como un extra en modelos de coches de Chrysler, DeSoto o Dodge, en los años 50.

El sistema se instalaba en la parte delantera del vehículo, en un compartimento desplegable que se abría al pulsar un botón y contaba con un control para subir o bajar el volumen. Sin embargo, al tratarse de un plato giratorio, cualquier pequeño bache o algunas curvas muy cerradas hacían saltar el vinilo. Con el desarrollo de la tecnología posterior, el aparato dejó de fabricarse para dar paso a sistemas más cómodos.

El blog matutino de los años 40

En plena competición entre la radio y los periódicos impresos por hacerse con la audiencia, el ingeniero William Finch creó el radio facsímil. Este curioso aparato imprimía en casa las noticias que llegaban por la radio. Así, desde primera hora de la mañana, la gente podía leer la última hora de la actualidad y sin necesidad de salir de su hogar, lo mismo que hoy permite internet.

Patentado en 1939, el dispositivo coincidió con la Gran Depresión. Se trataba de un lujo que no se podía permitir mucha gente y, además, el aparato utilizaba rollos de papel continuo, un material que no era accesible para muchos en aquella época de crisis económica. Por otro lado, el sistema requería de un cuidado técnico que también influyó en la falta de aceptación. El usuario tenía que controlar correctamente el volumen y cambiar las bobinas de papel manualmente. Con este contexto, no logró competir con los periódicos, mucho más baratos, y no triunfó en el mercado.

Radio facsímil
Radio facsímil | Popular Science Magazine

El origen del concepto social de Facebook

El invento de Mark Zuckerberg, la red social, tiene sus raíces en juego muy común de principios del siglo XX. Se trata de ‘Face Book’, un pasatiempo usado en fiestas en el que los participantes dibujaban caricaturas de los otros compañeros de juego. Surgió en el continente americano y más tarde se extendió y llegó a Europa, donde se convirtió en un particular libro de visitas en el que las personas dibujaban su propio retrato y firmaban con su nombre. Más antiguos todavía son unos libros del siglo XVI, conocidos como 'alba amicorum', que se utilizaban para guardar y recoger los contactos de la nobleza de la época, una particular y primitiva red social, pero en papel.

La versión pionera del cajero automático

En 1939, a Luther George Simjian, un americano que patentó más de 200 inventos, se le ocurrió la idea de colocar una máquina empotrada en una pared para que los clientes realizaran transacciones financieras, un concepto muy similar a lo que conocemos ahora como cajero automático.

Citicorp, una empresa financiera que actualmente se denomina Citigroup, probó el aparato durante seis meses, sin éxito. El problema consistía en que los ciudadanos consideraban una mala práctica sacar dinero en la calle, sin encontrar un motivo que no fuera deshonroso el no hacer frente a los cajeros físicos, cara a cara con los banqueros. Años más tarde, en 1967, se instalaría el primer cajero automático oficial, el Automated Teller Machine (ATM), en Enfield, Londres.

Las naves cigarro

El precursor de los submarinos se remonta a hace mucho más de un siglo. A mediados del siglo XIX, el inventor estadounidense Ross Winans diseñó una serie de buques que los periódicos de la época catalogaron como una tecnología que "inaugura una nueva era en la arquitectura naval”. Comúnmente llamados ‘Cigar Ship’ (nave cigarro, en español) por su extraña forma, se trataba de una construcción muy diferente a todas las demás. Presentaba una estructura mínima: no tenía quilla ni mástiles.

Aunque fue una construcción revolucionaria, al final resultó inútil técnicamente. Sin embargo, sus innovaciones no pasaron desapercibidas y fueron adaptadas con el tiempo. Muchos de los primeros submarinos construidos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se parecían bastante a los diseños de Winans.

Las naves cigarro
Las naves cigarro | Illustrated London News

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