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DESPLAZAMIENTOS EN MANOS DE LA TECNOLOGÍA

Conducir debería estar prohibido (y estos datos lo demuestran)

Con los coches autónomos circulando por las calles de algunas ciudades, hay quien ya plantea tomar medidas para acabar con los accidentes de tráfico. La primera de ellas, prohibir a los humanos que se pongan al volante.

Conducir debería estar prohibido

Conducir debería estar prohibido Robert Couse-Baker en Flickr CC

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No hace tanto que tachábamos de chiflado a quien se atrevía a vaticinar que, más pronto que tarde, podríamos desplazarnos en coche de un lugar a otro sin pisar el acelerador, el freno, guiar la dirección del vehículo con el volante o cambiar de marchas. A día de hoy, esta tecnología es ya una realidad y los coches autónomos cada vez cobran mayor protagonismo.

Los vehículos sin piloto de Google han completado ya cuarenta vueltas al mundo, recorriendo más dos millones de kilómetros por carreteras por las que transitan todo tipo de automóviles, y funcionan.

¿Han sufrido algún percance? Sí, por supuesto, pero ninguno ha sido culpa suya. En todos los accidentes en los que se han visto implicados estos coches el responsable ha sido otro vehículo pilotado por algún humano. Solo en el más reciente ha habido algunos heridos. De hecho, según las estadísticas, el descuido de los pilotos es el responsable del 94% de los accidentes que tienen lugar a lo largo y ancho del planeta.

Durante el pasado año, más de 275.000 personas perdieron la vida en las carreteras de China, 238.000 en la India y 33.000 en los accidentes de tráfico que tuvieron lugar en Estados Unidos. En España, aunque las cifras son alentadoras respecto a lo ocurrido en 2014, han fallecido 727 personas entre enero y septiembre de este 2015. Todas ellas víctimas de siniestros que, de una u otra forma, se podrían haber evitado.

Con todos estos datos sobre la mesa, hay ya quien aboga por prohibir a los humanos que se pongan al volante, planteando dejar en manos de la tecnología nuestros desplazamientos cotidianos. Es el caso de Elon Musk, CEO de la firma Tesla, que ya lo afirma sin tapujos: “En el futuro imagino que las personas tendrán prohibido conducir, porque es demasiado peligroso”.

Pese a que, con el paso de los años, los fabricantes han aumentado notablemente la seguridad de sus coches, todavía no han descubierto cómo reducir al máximo el margen de error humano para minimizar el número de accidentes de tráfico. Han mejorado la fiabilidad de los cinturones, han incluido más airbags para proteger a todos los pasajeros del vehículo, han incorporado sistemas de control de la estabilidad, pero ninguna de estas medidas ha servido para concienciar a los pilotos de la necesidad de prestar más atención mientras conducen.

En tanto que un robot jamás cometería un error en algo tan básico como conducir algo adormilado, el 64% de los conductores en Estados Unidos reconocen que al menos una vez al mes se ponen al volante en lugar de dar una cabezada que necesitan. Así, se reduce su capacidad de reacción ante una circunstancia inesperada y las posibilidades de accidente aumentan.

Pero, ¿no será una decisión un tanto precipitada prohibir a los humanos conducir y dejar los transportes en coche en manos de la tecnología? Más allá de la probada eficacia en la conducción de los coches autónomos, que además mejoran día a día su capacidad alimentándose de las experiencias de todos sus compañeros ya que todos están conectados, son muchas las dudas que surgen a la hora de desechar por completo los coches manuales.

Por un lado, pese al riesgo que existe, son muchos los que disfrutan al volante y que no estarían dispuestos a dejar que un robot les privase de la experiencia de conducir. Además, aún quedan muchos aspectos que limar. Por ejemplo, en caso de que el coche autónomo cometa una infracción, ¿sería el propietario del mismo el que debería responder? ¿Por qué, si la culpa ha sido del robot? En este sentido, algunas aseguradoras ya se han puesto manos a la obra para tratar de resolver cuestiones de este tipo y ofrecer seguros acordes al nuevo escenario que se avecina.

Algunos afirman que en 2050 los coches autonómos se habrán convertido en los dueños del asfalto de las grandes ciudades del mundo. ¿Estaremos preparados para esta revolución?

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