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Destinos naturales

Los desiertos de España que no conocías

España es más conocida por sus playas que por sus desiertos, desde luego, pero eso no significa que no existan. Y también pueden conquistarte. Os dejamos una lista con algunos de los más impresionantes.

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España es uno de los países más turísticos del mundo y buena parte de culpa de esto mismo la tienen sus playas, además de un clima envidiable donde todo parece posible. Pero la desertización también avanza en nuestro país y nos deja escenarios sacados de películas del oeste que probablemente no conocías. Estos son algunos de los desiertos de los que podemos disfrutar.

Empezamos mencionando el más célebre: el desierto de Tabernas, en Almería. “El oeste español”, con más de 11.000 hectáreas, ha sido escenario de películas, tanto nacionales como internacionales, y es uno de los lugares más visitados de la provincia andaluza. En esta zona llueve menos de 250mm al año, lo que ha provocado la creación de un clima desértico 'pionero' en Europa. Seco, caluroso, brusco, con extrañas formaciones y poca vegetación, el desierto de Tabernas encabeza esta lista.

Pero no es el único que encontramos en España. En la vecina Granada topamos con el desierto de los Coloraos, localizado en Gorafe, especialmente curioso por el color rojizo de su tierra, producto de la arcilla de la que está formado. Es una de las zonas más áridas del país y ofrece un espectáculo maravilloso de colores. No encontraréis una gota de agua, pero sí desniveles de hasta 300 metros.

Nos quedamos en el sur y nos desplazamos hasta Jaén, donde se encuentra el desierto de Larva. 57.000 hectáreas de terreno seco que pueden impactar a quien acuda a visitarlo; en realidad, existe una cierta vegetación que contrasta con esa primera imagen que ofrece.

Es en el sur donde encontramos la mayor parte de los climas desérticos del país, como también sucede en Murcia, con el desierto de Mahoya. Una de las regiones más impresionantes en este sentido por el paisaje sobrecogedor que ofrece, donde también encontraréis algún que otro oasis; si estáis buscando desiertos que os impresionen, este es vuestro destino.

Uno de los más conocidos es el desierto de los Monegros, entre Zaragoza y Huesca. Reconocido no solo a nivel nacional sino también a nivel europeo, ha sido escenario de películas y motivo de disfrute de los numerosos turistas que acuden cada año a contemplar su maravilloso y extenso terreno: 276.440 hectáreas. Una joya.

Pisamos el freno para irnos hasta Navarra, donde encontramos las Bárdenas Reales. Desniveles de 400 metros y un terreno más bien peligroso nos obligan a ir con mucho cuidado por sus tierras, que superan las 40.000 hectáreas. La vegetación es escasa y ofrece un clima desértico frío, con pocas pero torrenciales precipitaciones. Cuidado si os animáis a visitarlo.

¿Un desierto al lado del mar? Esto es posible en el Parque Natural de Jandía, en el sur de Fuerteventura, reconocido desde hace treinta años. Con gran valor tanto por su fauna como por su flora, nadie puede resistirse a su encanto; el mismísimo Ridley Scott lo incluyó como parte de su escenario en 'Exodus', grabada hace poco más de cuatro año.

Damos por concluido este viaje en Lanzarote, donde se encuentra el desierto de Timanfaya, quizá el más peculiar de esta lista por estar formado por piedra volcánica que puedes recorrer, por cierto, montado en camello.

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