FLORES Y MÁS FLORES EN UNO DE LOS JARDINES BOTÁNICOS MÁS GRANDES DEL MUNDO
El jardín más hermoso de África
Kirstenbosch: el primer jardín botánico del mundo dedicado a la flora indígena de un país.
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Kirstenbosch es el único jardín botánico del mundo Patrimonio de la Humanidad. Y lo es, porque en esta zona costera sudafricana de la región del Cabo, florecen los fynbos sudafricanos, una formación vegetal que crece en un cinturón de costa de ente 100 y 200 kilómetros, curioso porque es un cinturón en el que solo llueve durante el invierno.
El Jardín Botánico Nacional Kirstenbosch es el jardín más hermoso de África y uno de los jardines botánicos más grandes del mundo. Pocos jardines pueden igualar su grandiosidad integrado en las laderas del este de la icónica montaña Table Mountain de Ciudad del Cabo.
Además, es histórico. Abrió sus puertas en 1913 para promover, conservar y exhibir la rica y diversa flora del sur de África, y fue el primer jardín botánico del mundo dedicado a la flora indígena de un país. Y exhibe una amplia variedad de vida vegetal única del cabo, también conocida como fynbos.
Los fynbos surafricanos son en gran medida el reino floral más pequeño del mundo. Un mundo de plantas finamente ramificadas adaptadas para florecer en suelos pobres y regados por lluvias descontroladas.
En esta región del Cabo -entre Vanrhynsdorp al noroeste, Ciudad del Cabo al sur, y estrechándose hacia el este hasta Grahamstown-, equivalente más o menos al territorio de Portugal, podemos disfrutar de más de 9.000 especies vegetales, de las cuales el 70% son endémicas. Y en donde hay un total del 3% de todas las plantas del mundo. En una territorio que es menos del 0,05% de la superficie terrestre de la Tierra. Algo increíble y que se puede disfrutar en este excepcional Jardín Botánico.
La Península del Cabo, por sí sola, cuenta con unas 2.285 especies de plantas, en un área que es un tercio del tamaño de Londres. Es decir que tiene tres veces más especies de plantas por kilómetro cuadrado que las fabulosas selvas tropicales.
Por este motivo fue declarada uno de los 34 puntos más importantes de biodiversidad del mundo, y en 2004, confirmado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Es más, este reino de la flor es el origen de algunas de las plantas favoritas del mundo: como de los gladiolos, las freesias, los nerines o azuzenas, el agapanthus o flor del amor y de las preciosas ixias.
Y, aunque es probable que no lo supieras, es también el lugar de origen de los queridos geranios o de los pelargonios.
No es necesario que seas un experto en botánica para admirar la belleza que encontrarás en esta pequeña parte de Sudáfrica. Tan solo tienes que viajar hasta Ciudad del Cabo, una de esas ciudades imprescindibles y mágicas, para acercarte al reino fynbos. Cualquier época del año es ideal para visitar el Jardín Botánico Nacional Kirstenbosch. Siempre hay algo que ver, pero es en la primavera cuando todo parece estar floreciendo en el mundo fynbos.
La conservación de fynbos en Sudáfrica es fundamental para la supervivencia de este tesoro botánico. Muchas especies de fynbos son especiales y solo crecen en estas pocas hectáreas y en ningún otro lugar del mundo.
Kirstenbosch forma parte de una red nacional de nueve Jardines Botánicos Nacionales administrados por el Instituto Nacional de Biodiversidad de Sudáfrica (SANBI), cuya misión es promover el uso sostenible, la conservación, la apreciación y el disfrute de la rica vida vegetal y animal de Sudáfrica.
Y no dejes de pasar por el Centenary Tree Canopy Walkway, un nuevo puente curvado de acero y madera que serpentea y desciende pasando a través de los árboles del Arboretum. Una pasarela de 130 metros de largo que pasa por el suelo del bosque, por entre los árboles, y por encima del dosel de los árboles, desde donde disfrutaras de espectaculares vistas panorámicas de las montañas circundantes, del jardín y del distrito de Cab Flats. Más información: Jardín Botánico Kirstenbosch
Kirstenbosch se encuentra en el corazón de la región florística del cabo, también conocida como el reino floral del cabo. Y la mejor manera de experimentar realmente Kirstenbosch es con una visita guiada gratuita. No te la puedes perder.
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