Seis bodegas para saborear la Ribera del Duero

La Ribera del Duero es un mosaico de tonos verdes y amarillos, el color de sus magníficas vides, que logra crear un paisaje embriagador y cautivar a todos sus visitantes. El río Duero baña algunas de las mejores bodegas del mundo, muchas de ellas bajo una misma Denominación de Origen que las identifica, las posiciona y las convierte en referentes mundiales deseados por todos los entendidos del sector enológico. En este valle de inviernos bajo cero y veranos sofocantes, donde la temperatura varía enormemente del día a la noche, se dan, aunque no lo parezca, las condiciones perfectas para el cultivo de la vid. Y así, poco a poco y bodega tras bodega, nació la llamada Milla de Oro en la provincia de Valladolid. La mayoría de las bodegas se concentran en la carretera que une las dos capitales de Soria y Valladolid y conducir por ella obliga inevitablemente a reducir la velocidad para admirar el paisaje lleno de vida y de colores y para respirar el aire puro que mece suavemente los viñedos. A la derecha y la izquierda de esta carretera se producen espléndidos vinos y, a pesar de que en algunas bodegas debemos conformarnos con contemplar los viñedos y las construcciones de piedra, en otras podemos descubrir sus secretos, tocar las barricas en las que descansa el vino e incluso hacer catas para apreciar sus matices. Te proponemos un recorrido por seis de las bodegas más representativas para que saborees sin prisas la Ribera del Duero.