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PRIVILEGIADO TESTIGO DEL TIEMPO

Santa Bárbara, el castillo que defendió Lanzarote de los piratas

Felipe II lo convirtió en fortaleza para defender la isla canaria de los corsarios, sin imaginar que cinco siglos después les rendiría homenaje albergando el Museo de la Piratería. Una lección de Historia Moderna y acción en las costas de Teguise.

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La fortaleza de Santa Bárbara, situada sobre el volcán de Guanapay, tiene su origen en el siglo XVI, cuando Agustín de Herrera y Rojas decidió construir un refugio inexpugnable frente a los ataques de los piratas que sufría constantemente la isla de Lanzarote; especialmente tras la conquista de América. El aumento del tráfico marítimo entre los continentes hizo que el problema de la piratería fuera a más, y que se tuvieran que construir muchos edificios defensivos a lo largo de las costas de las Islas Canarias.

Uno de los mejores ejemplos de aquellos edificios es este, que permitía vigilar las costas a ambos lados de la isla. Fue en 1588, a cargo del ingeniero italiano Leonardo Torriani, bajo la orden del Rey Felipe II, cuando se convirtió en fortaleza para así defender a la población de Teguise. No solo tuvo la misión de servir como atalaya, sino que además sus dependencias sirvieron de refugio para la población, de mazmorra y hasta de palomar militar. Abandonado y más tarde recuperado por parte de la Asociación de Amigos de los Castillos, hoy alberga el Museo de la Piratería.

Lanzarote fue la isla más amenazada por la piratería internacional, y el museo está dividido en dos exposiciones, una centrado en la piratería en Teguise, y otra centrado en la piratería internacional que acechaba a las Canarias. En las primeras salas se expone la historia de Teguise como antigua capital de la isla, con una maqueta del casco urbano que muestra el poder político, militar y religioso de la Villa. Aquí es donde se concentraba la mayoría de la población, y sufrieron durante siglos a los invasores que venían en busca de esclavos.

En una segunda sala se exponen los importantes saqueos que sufrió la isla de Lanzarote desde 1551 a 1618, por parte de piratas berberiscos como Morato Arráez, Tabac Arráez y Soliman. En la Sala de Oficios hay comics, caricaturas y pequeñas esculturas, que muestran el tipo de población que había en aquella época.

El museo repasa también la vida de varios piratas universales y, por supuesto, expone la historia de los ataques de piratas en Lanzarote. Muestra lo que sufrió la población isleña y cómo se las ingenió para superar esta amenaza. En los estrechos pasillos del Castillo podemos ver a piratas internacionales como John Hawkins, el famoso Francis Drake o Robert Blake. También hay una sala de armas, reproducciones de pistolones, sables y cañones de los que solían utilizar los piratas, una maqueta de un antiguo galeón español del siglo XVIII con 106 cañones. Los navíos españoles eran los que estaban mejor armados del mundo para defenderse del abordaje de los piratas.

También hay interesantes cartas, postales, pasajes, fotografías, mapas, cartas de navegación, y otros objetos que nos dan una visión global de los avatares sufridos por los emigrantes canarios. En resumen un recorrido muy didáctico a través de reproducciones, ilustraciones, mapas, maquetas, armas, barcos y galeones. A los más pequeños les encantará.

Visitar esta fortaleza y su museo es también ser testigo privilegiado de la historia de las Islas Canarias. Desde lo alto del edificio se puede ver toda la isla, en cualquier dirección. Desde el Archipiélago Chinijo, al espectacular valle de Jable de Famara Tiagua, Arrecife, lava, islotes como Montaña Clara y Alegranza, la isla vecina de Fuerteventura y la costa este de Lanzarote. Un enclave estratégico para defenderse de los piratas.

Abierto todos los días de 10 a 16 h, junto a la Villa de Teguise, desde aquí tendrás unas espectaculares vistas de la Isla de Lanzarote. No dejes de acercarte.

Más información:
Castillo de Santa Bárbara

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