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ISLAS CANARIAS

Puerto de la Cruz, descanso a los pies del valle de La Orotava

Hace 130 años llegaron los primeros turistas a la isla de Tenerife. Desembarcaron en Puerto de la Cruz, una localidad que más de un siglo después sigue manteniendo un encanto particular, arraigado a las tradiciones canarias.

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En la costa norte de de Tenerife, presidiendo la gran bahía natural que forma la propia geografía de la isla, se encuentra Puerto de la Cruz, una localidad a los pies del valle de La Orotava que este 2016 celebra los 130 años de la llegada del turismo a la región. Fue en 1886 cuando los primeros turistas desembarcaron allí, los primeros que lo hacían en Tenerife, significando el comienzo de un desarrollo que hoy es uno de los motores de Canarias.

La localidad ha sabido mantener su encanto durante estas trece décadas. Hoy día sigue siendo un destino perfecto como escapada, tanto por la oportunidad de experimentar las tradiciones y sabores típicos del archipiélago como por el relax adaptado a las exigencias actuales de confort. Así, un viaje a Puerto de la Cruz se convierte en una gran idea, especialmente si podemos llevar a cabo alguna de estas propuestas.

1. Su ubicación en el valle de la Orotava, a los pies del Teide, convierten a Puerto de la Cruz en un lugar privilegiado para los amantes del senderismo y el paisaje de contrastes, pues tenemos un enclave marinero al mismo pie del volcán, con una temperatura media todo el año entre los 22 y los 15 ºC que permiten realizar todo tipo de rutas.

2. Su gastronomía. Dicen que es complicado equivocarse cuando uno come por el norte de Tenerife, principalmente por la calidad de los ingredientes autóctonos. Es difícil abandonar la adicción por las papas arrugás; y el pescado, siempre fresco, es inigualable. Sama, cherne o las viejas, con su mojito verde. Y regado por un buen vino de la tierra (cada vez son mejores) o por algunas de las cervezas patrias, la Dorada o la Reina. Y cuando andes por ahí, pregunta por algún guachinche.

3. César Manrique fue un personaje clave para entender el respeto a la tierra y la necesidad de cuidar el medio ambiente, de fomentar el turismo sostenible y respetuoso. En Puerto de la Cruz dejó un legado maravilloso: el complejo Martiánez, una serie de piscinas cuyo Gran Lago tiene 33.000 metros cuadrados. Manrique también diseñó Playa Jardín, una original manera de ordenar el monte para acceder a una fantástica playa de arena negra volcánica.

4. Si te gusta caminar, puedes hacerte un 0-4000, el sendero vertical más importante de España, subiendo desde el nivel del mar a la cima del Teide, una experiencia extrema que salva en apenas unos 25 kilómetros el mayor desnivel posible en España. Lleva un buen forro polar, eso sí, que una cosa es tener el mejor clima del mundo y en un ratito verse pelado de frío en manga corta en la cima del Teide.

5. Que no falte la tabla de surf. Con spots fantásticos, unos fondos marinos excepcionales para bucear y uno de los puntos más conocidos de España para atreverse con el parapente, la actividad sobre el Atlántico en Puerto de la Cruz es envidiable. Y si prefieres la espeleología, cerquita tienes cuevas de referencia mundial como la Cueva del Viento.

6. Disfrazados por Carnaval. En febrero no faltan los Carnavales, el más importante de la isla junto al de Santa Cruz. En su histórico Coso, la gran cabalgata, no falta nadie. Miles de personas se unen a la música y ganas de fiesta de las agrupaciones carnavaleras de Tenerife.

7. Arte callejero. Especialmente en mayo, cuando se celebra el MUECA, un festival de arte en las calles. Estas se transforman en escenario para los mejores espectáculos de teatro, música, danza, circo y cine. En octubre, además, la ciudad acoge el Festival Periplo, de literatura de viajes y aventura. Sus conferencias, presentaciones y actividades son apasionantes.

8. Diversión en familia. Uno de los rincones que nadie se quiere perder es el Loro Parque, un zoológico que está considerado de los mejores de Europa y en el que destaca su espectáculo de delfines, el pingüinario y la colección de papagayos más importante del mundo.

9. Un paseo por el casco histórico. A pesar de su carácter turístico, la ciudad posee un centro histórico de referencia. El punto neurálgico es la animada plaza del Charco. Desde ahí hay que visitar la Casa de la Aduana, la Casa Miranda, la iglesia de la Peña de Francia o el hotel Marquesa; además del muelle pesquero, junto al barrio marinero de La Ranilla.

10. Terraceo frente al mar. Durante todo el año es posible disfrutar de un buen tapeo en las terrazas de la ciudad, especialmente de las que ofrecen vistas al Atlántico. Es el momento de relax más deseado.

Más información:
Turismo de Puerto de la Cruz

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