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Si hay un detalle que diferencia a las llamadas Rutas Cervantinas del resto de senderos y caminos de origen literario en nuestro país es que, en ellas, se mezcla indistintamente la vida del dramaturgo con las aventuras de sus protagonistas de ficción. Así, los azarosos pueblos que visitó Don Quijote, por ejemplo, tienen tanta prestancia en ellas como los lugares en los que el alcalaíno desarrolló su trabajo.

Son rutas que nos llevan prácticamente por toda la Meseta, así como por algunas provincias de la periferia de la Península, dando buena muestra de que Miguel de Cervantes no se correspondía en absoluto con la imagen del escritor que hace de su imaginación su universo, sino que era un viajero incansable y, sobre todo, un amante de la representación de su época en sus escritos.

Plaza de España (Madrid)

1. Madrid. La provincia de Madrid es la que más ligada se encuentra a Miguel de Cervantes, especialmente Alcalá de Henares, la ciudad en la que nació el literato en 1547; pero también la capital, pues fue allí donde murió, hace ahora 500 años, en 1616. Pasear por el centro de Madrid permite acercarse a lugares que marcan la biografía de Cervantes, como la iglesia y convento de las Trinitarias Descalzas, la iglesia barroca en la que está enterrado; o la casa en la que vivió, en el Barrio de las Letras, donde hay una placa conmemorativa; la Sociedad Cervantina, donde se imprimió la primera edición de El Quijote en 1605, en la calle Atocha.

Museo Casa Cervantes

2. Alcalá de Henares. El mejor modo de llegar es, precisamente, en el Tren Cervantino, un viaje desde Atocha (Madrid) en el que se representan pasajes de El Quijote. Ya en la ciudad, podemos acercarnos al Museo de la Casa Natal del escritor o a la Antigua Hospedería de Estudiantes. La primera, en la calle Mayor, recrea una casa del siglo XVI y atesora una magnífica colección bibliográfica cervantina. Además, hay una ruta literaria en la que se siguen los pasos de todos los escritores relacionados con Alcalá.

Molinos de Consuegra (Toledo)

3. Toledo. La Ruta Cervantina de la provincia toledana permite recorrer los escenarios naturales en los que Cervantes situó las aventuras de Don Quijote, siendo los molinos de viento de Consuegra el punto álgido de la jornada. Pero no solo hay que ir hasta allí, sino también a Villafranca de los Caballeros, El Toboso, de donde era Dulcinea; o Villacañas. La ruta, circular, parte y acaba en Toledo. Recorre 265,1 km. pasando por Consuegra, Madridejos, Camuñas... y en ella, naturaleza e historias se confunden.

Cerámica alusiva a Cervantes en Sevilla

4. Sevilla. La capital andaluza también cuenta con su propia ruta urbana dedicada a Cervantes. Se trata de un paseo por el centro histórico en el que se van sucediendo 19 paneles de cerámica en la que nos informan de los diferentes episodios que narró Cervantes en sus Novelas Ejemplares. La gran mayoría está en el barrio de la Alfalfa y en el de Santa Cruz, rodeando los grandes monumentos, pero no solo allí, ya que las más alejadas nos llevan a Triana (donde Cervantes va a situar diferentes episodios de su novela Rinconete y Cortadillo) o al Convento de Santa Paula.

Molinos de Campo de Criptana (Ciudad Real)

5. Ciudad Real. En la provincia manchega es Alcázar de San Juan el municipio que cuenta con una Ruta Cervantina más interesante. El camino comienza en la Plaza de Santa María y El Cubillo, donde puede contemplarse una réplica de la partida de Bautismo del escritor. En la iglesia de Santa María La Mayor, la parroquia más antigua de la ciudad, puede visitarse la pila bautismal donde fue bautizado; y se completa con una parada en el Museo Casa del Hidalgo. Pero no todo lo cervantino está allí, pues Campo de Criptana también cuenta con sus molinos de viento característicos. Justo la ruta cervantina entre Puerto Lápice y El Toboso pasa por ellos, unos 70 km. que se hacen a ritmo de las letras de Cervantes. Y no hay que olvidar que muchos de los senderos de las Lagunas de Ruidera tienen también relación directa con los pasajes de las obras del escritor.

La Tercia Real (Mota del Cuervo, Cuenca)

6. Cuenca. En la provincia conquense encontramos una de las rutas cervantinas más nuevas: recién presentada, la de Mota del Cuervo nos permite recorrer la villa y su comarca, partiendo de La Tercia Real, donde Cervantes actuó como alcabalero o recaudador de impuestos. Se completa con visitas a los molinos de la sierra (los sábados se muele trigo en ellos) y el Museo de la Alfarería. También en esa provincia, Belmonte, sobre todo su castillo, será una visita complementaria perfecta.

Biblioteca Nacional de Cataluña

7. Barcelona. Aunque la Ciudad Condal no es en el primer lugar en el que pensamos cuando se trata de hablar de Cervantes, también tiene sus rincones cervantinos. Por ejemplo, la sala así bautizada en la Biblioteca Nacional de Cataluña, donde se alberga una de las colecciones más importantes de obras del madrileño, incluyendo ejemplares de El Quijote, primeras ediciones de sus obras así como las primeras traducciones. Además, en el número 2 del Paseo Colón, en el tercer piso, se dice que residió el literato durante su estancia en la ciudad, antes de partir para la batalla de Lepanto.

Más información:
El Madrid de Cervantes (pdf)
Rutas Literarias de Sevilla
Tren Cervantino

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