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EXPERIENCIA CULTURAL

10 imprescindibles en una escapada a Salamanca

Salamanca es una ciudad que invita al paseo y en la que simplemente con recorrer sus calles se saborea la historia. Hay grandes monumentos arquitectónicos, pequeñas iglesias, románticos rincones y una atmósfera especial. Salamanca bien merece una escapada.

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La ciudad de Salamanca ofrece un abanico de posibilidades infinitas. Sorprende siempre al visitante, aunque éste sea un habitual. Siempre se descubre algún detalle que había se escapado a la mirada en esta ciudad que comenzó a escribir su historia durante la Primera Edad del Hierro, hace unos 2.700 años.

La 'Muy noble', 'Muy leal', 'Caritativa y hospitalaria', 'Muy Culta', 'Docta' y 'Sabia' ciudad de Salamanca abre los brazos al visitante y le muestra sus tesoros entre los que sus mayores joyas las encontramos en el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988.

Esta ciudad de orígenes modestos ha acumulado durante 8 siglos un patrimonio monumental y una rica tradición cultural. Su universidad, cuyos pilares asentó Alfonso IX con la fundación de los Estudios Generales, le proporciona un ambiente cosmopolita, una vitalidad inagotable que llena las calles durante el día y la noche.

En Salamanca se respira el arte en la calle porque la ciudad es un museo al aire libre donde se levantan majestuosas construcciones de todos los estilos arquitectónicos: romano, mudéjar, románico, gótico, barroco, renacentista… Esta suma de estilos es lo que le confiere el aire señorial del que se sienten orgullosos los salmantinos que acogen con hospitalidad a los visitantes procedentes de todos los rincones del mundo.

Hay muchos rincones para perderse en la ciudad, pero hay visitas que son imprescindibles y que no hay que visitar antes, durante o después de comerse a Salamanca a bocados porque su gastronomía es otro de los platos fuertes de una escapada de sensaciones a esta ciudad monumental.

1. La Plaza Mayor. Se encuentra en el centro neurálgico de la ciudad y es el punto de partida para adentrarnos en las maravillas de Salamanca. Esta plaza cerrada y porticada es una las más bonitas y grandes de España. Es obra de Alberto de Churriguera que inició su construcción en 1755. En ella se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad y se ha usado como coso taurino, mercado, plató cinematográfico, sala de conciertos… pero especialmente como punto de encuentro, lugar para disfrutar en una de sus terrazas mientras se saborea con los ojos su belleza uniforme. La vida late a un ritmo trepidante en este espacio vivo y ajetreado que Unamuno describió como "corazón henchido de sol y aire".

2. Las Catedrales. El skyline de la ciudad está definido por el monumental conjunto catedralicio. Salamanca tiene dos catedrales, la catedral vieja de estilo románico español, y la catedral nueva, gótica, renacentista y barroca. Es una suerte poder comparar diferentes estilos y ambientes en un mismo espacio. La catedral vieja invita al recogimiento con la sencillez de sus bóvedas y su cúpula semiesférica, mientras que la catedral nueva ofrece una perspectiva armónica del espacio y la luz. Es impresionante contemplar esta última desde la Plaza Anaya. Antes o después de sumergirnos en sus tesoros hay que buscar el astronauta en la entrada norte, cuyo enigma ya ha sido desvelado, ya que esta talla no se colocó durante su construcción (1513- 1733) sino en la restauración que se llevó a cabo en 1992.

3. Casa Lis. Miguel de Lis encargó al arquitecto Joaquín de Vargas Aguirre este edificio palaciego modernista construido sobre la antigua muralla de la ciudad. Fue utilizado primero como vivienda familiar pero que desde 1995 acoge el Museo de Art Nouveau y Art Déco. Impresionante es la fachada sur de hierro y vidrieras del estilo de la arquitectura industrial de principios del siglo XX. El museo propone un recorrido por las artes decorativas desde las últimas décadas del siglo XIX hasta la II Guerra Mundial.

4. Huerto de Calixto y Melibea. Sobre la muralla encontramos este pequeño espacio de estilo musulmán del que se divisan unas vistas espectaculares de las dos catedrales y la ribera del río Tormes. Se piensa que este fue el lugar elegido por Fernando de Rojas para reunir a Calixto y Melibea en La Celestina

5. Puente Mayor del Tormes, más conocido como Puente Romano, es una de las visitas obligadas y uno de los lugares elegidos por las parejas salmantinas para inmortalizar el día de su boda por las maravillosas vistas que hay desde él de la ciudad.  Es un puente de piedra con 26 arcos de medio punto –sólo quedan 15 de la primitiva construcción pues tuvo que ser reconstruido en tiempos de Felipe IV- de 176 metros de largo. Forma parte de la Vía de la Plata.

6. Universidad. El edificio es una de las joyas arquitectónicas del renacimiento español que fue mandada construir por los Reyes Católicos. Su portada de 1529, obra maestra del Plateresco, es un gran reclamo turístico porque los visitantes se afanan en buscar la rana que reposa sobre una calavera durante más de 480 años y, según la leyenda, el estudiante que no logra verla no aprobará. Los dedos y las cámaras son el objetivo de este ornamento pétreo que le ha quitado todo el protagonismo al escudo de los Reyes Católicos y a la efigie de Carlos I, en cuyo reinado se finalizó esta obra de piedra de la cantera próxima de Villamanrique con gran significado simbólico. Tras localizar la rana, hay que entrar a visitar el aula de Fray Luis de León, su espectacular escalinata y la biblioteca.

7. La Clerecía. Es otro de los célebres edificios de la ciudad que impone su presencia desde el punto más alto de la ciudad por decisión de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. Fue construido por los jesuitas en el siglo XVIII como seminario. En la actualidad es la sede de la Universidad Pontificia de Salamanca. El conjunto arquitectónico está formado por la iglesia, los dos pabellones que originalmente fueron residencia para estudiantes y religiosos, diferentes dependencias y el claustro. Hay que disfrutar la belleza del patio barroco, el aula magna, la escalera de honor y las pinturas Vita Ignatti, que en 28 lienzos narra la vida de San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesús.

8. La Casa de las Conchas. Justo frente a la Clerecía está este palacio de la época de los Reyes Católicos que es otro de los símbolos de la ciudad. Es uno de los edificios civiles más representativos de la arquitectura gótica española que fue construido a finales del siglo XV por encargo de Rodrigo Arias Maldonado. Es fácilmente reconocible por las 300 cochas que adornan su fachada, dispuestas siguiendo una composición romboidal del estilo mudéjar. Cuenta la leyenda que bajo cada concha se esconde una moneda de oro.

9. Iglesia de San Esteban, más conocida por los Dominicos, es una iglesia gótica con portada plateresca y tres naves, un convento con claustro y diferentes dependencias. Se levantó sobre el pequeño templo románico que le entregó el obispo de Salamanca a los dominicos. Fue un centro de estudio y docencia de Teología desde sus orígenes y por él han pasado figuras sobresalientes como fray Francisco de Vitoria, Melchor Cano o Fran Juan Alvárez de Toledo, entre otros.  Este año la iglesia celebra el 800 aniversario de la fundación de la Orden de los Dominicos.

10. Convento de las Dueñas. Al lado de la Iglesia de San Esteban se erige este palacio de 1419 que fue donado por Juana Rodríguez de Maldonado para acoger a las religiosas de la Orden de Santo Dominico. El edificio original era de estilo mudéjar pero quedan pocos vestigios visibles y en la actualidad reúne diferentes estilos: el claustro, de gran belleza, es de estilo renacentista, su iglesia es gótica con portada plateresca.

Más información:
Turismo de Salamanca

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