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CROACIA

Hvar, los secretos de la isla croata que no te cuentan los famosos

La isla considerada por el poeta Hanibal Lucić como "la más bella de todo el Mediterráneo" se ha convertido en un lugar al que la gente acude atraída por sus discotecas y sus fiestas. Pero Hvar, con apenas 80 kilómetros de largo y 11 de ancho, tiene muchos tesoros que ofrecer a todo aquél que se acerque a visitarla con la mente abierta.

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Los griegos ya conocían esta joya del Adriático y en ella fundaron la colonia de Faros, que es el nombre heleno para designar a Hvar. Después llegarían los romanos y, varios siglos más tarde, fue uno de los asentamientos elegidos por la aristocracia veneciana. También los turcos ocuparon esta isla. Tanta historia acumulada ha dejado su huella en sus caminos, en sus piedras, en sus murallas y en sus fortalezas.

A día de hoy, que Croacia es uno de los mejores destinos para veranear ha dejado de ser un secreto. Y uno de los lugares de los que más se oye hablar es de la isla de Hvar. En parte porque, en los últimos años, un buen puñado de famosos se han dejado ver por allí; el príncipe Harry y Beyoncé son solo algunos ejemplos. Y en parte también porque ha adquirido fama de ser la nueva Ibiza, donde uno puede salir de fiesta hasta las ocho de la mañana y, una vez recuperado de la resaca, darse un baño en alguna de sus maravillosas playas.

Y todo eso es cierto, pero Hvar tiene muchas más cosas que ofrecer. En la parte norte de la isla encontramos la ciudad de Stari Grad (en croata significa 'pueblo antiguo'), que es precisamente el lugar al que llegan los ferrys desde Split (en verano salen con bastante frecuencia y, además, cargan coches). Y junto a la ciudad está la llanura del mismo nombre, un paisaje agrícola que fue fundado por antiguos colonos griegos y que actualmente representa uno de los ejemplos mejor preservados de la agricultura de la Antigua Grecia en todo el Mediterráneo. También Stari Grad es la ciudad donde se abrió, allá por 1612, el primer teatro público de Europa. De estilo renacentista y con un reducido aforo, actualmente ofrece algunos conciertos de música y ópera.

En la ciudad de Hvar y fuera de la zona amurallada, en torno a los muelles, encontramos un monasterio franciscano alzado en un promontorio frente al mar. Su construcción data del siglo XV y en él podemos ver obras de gran mérito, como el valiosísimo Atlas de Ptolomeo, impreso en 1524. La zona alta de la ciudad, que está amurallada, aparece dominada por la Fortaleza española (llamada así porque en su construcción colaboraron ingenieros españoles). Fue erigida en el siglo XVI y cuenta la leyenda que, en una ocasión, salvó a todo el pueblo de Hvar de un furibundo ataque de las tropas turcas.

Junto con su tradición histórica, es innegable que la isla es un lugar ideal para descansar, tomar el sol y relajarse. Con una temperatura media anual de 16 grados, posee un clima envidiable y además cuenta con 2.800 horas de sol anuales, siendo el lugar del Adriático que más horas recibe de sol a lo largo del año. A esto hay que sumar sus playas, con aguas calmadas y transparentes y sus calas escondidas. Para acceder hasta ellas una buena idea es alquilar en el puerto de Hvar una pequeña embarcación (el día completo cuesta en torno a 50 euros, que al cambio serían unas 380 kunas) y de esta forma puedes observar las montañas y acantilados que recorren la costa Dálmata.

En esta isla de Croacia, como veis, se puede hacer de todo. Que el glamour de los famosos no os deje cegados. No os perdáis el patrimonio cultural que posee Hvar, pero tampoco dejéis de disfrutar de sus noches. Ambas cosas merecen la pena.

Más información:
Turismo de Croacia
Turismo de Hvar

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