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CANCHO ROANO

Descubre el santuario tartésico de Zalamea de la Serena

Perfectamente conservado, es uno de los hallazgos arqueológicos más espectaculares de España.

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Zalamea de la Serena es conocida por ser la protagonista del libro de Calderón de la Barca, El alcalde de Zalamea, una obra que se representa todos los años en la localidad cada tercera semana del mes de agosto al aire libre, interpretada por 500 vecinos y vecinas como actores. Rodeada de los bellos paisajes extremeños, dehesas de extensos bosques de encinas y alcornoque, en sus inmediaciones encontramos testimonios de la presencia de moradores desde tiempos remotos, como el dolmen Tortero de la Vieja o el singular yacimiento de Cancho Roano.

Cancho Roano, situado en el término municipal de Zalamea de la Serena, en la provincia de Badajoz, es un templo tartésico construido entre los siglos VI y IV antes de Cristo, que fue quemado y luego ocultado bajo tierra dos siglos después de haberse edificado. Un santuario tartésico misterioso, formado por tres edificios, que nos hablan de que el comercio, la cerámica, y el trabajo de metal formaba parte de la vida cotidiana de aquella época. Al lado de este santuario transcurre plácidamente un río, el río Cagancha, gracias al cual se levantó en la antigüedad este monumento.

Sobre una cabaña ovalada se edificó el primer edificio. Y sobre éste el segundo, del que se conoce la planta, en la que se han documentado hasta tres altares de adobe. A mediados del siglo V a.C, se decidió edificar el tercer edificio, el santuario que hoy se puede ver.

El edificio principal, denominado palacio santuario de Cancho Roano, orientado al levante cuenta con once habitaciones y un gran patio. En el centro un pozo de casi 5 metros de profundidad mantiene todavía un aceptable nivel de agua. Y las estancias que rodean el edificio han sido identificadas como capillas o lugares donde se depositaban las ofrendas del santuario.

Cancho Roano es un yacimiento sorprendente, que ha llegado hasta nuestros días en un estado de conservación óptimo, y en el que se han encontrado muchos objetos de culto y elementos típicos de la época. Un foso excavado en la roca rodea el complejo, alimentado por el agua que recorre el yacimiento. Es tan misterioso que incluso algunos historiadores lo han llegado a relacionar con la mítica Atlántida. Otros niegan esto último y creen que forma parte de, Tarsis, ciudad mencionada en la Biblia y que se identifica como la capital de Tartesos.

Lo mejor es empezar por visitar el Centro de interpretación junto al monumento, donde encontrarás toda la información, una exposición didáctica, entretenida, participativa y de concienciación. Una visita que además nos descubrirá los secretos que esconde este singular yacimiento arqueológico. El Centro de Interpretación está situado  frente al yacimiento, al otro lado del arroyo Cagancha, y su fachada acristalada, permite tener siempre de referencia el complejo para facilitar la comprensión tanto del entorno. Una gran maqueta interactiva y algunos objetos originales encontrados en Cancho Roano confirman que allí hubo gente que mantenía contacto con griegos y fenicios.

El conocimiento que se tiene de Cancho Roano se debe a su excepcional estado de conservación, y se ha definido como un centro comercial de carácter religioso. Se han hallado un gran número de molinos de grano, de telares o de vasos rituales que evidencian la existencia de rituales, tal vez relacionados con las cosechas o la fertilidad de la tierra, que se cree congregaban a un gran número de personas. El descubrimiento de los dos edificios más antiguos, así como la existencia de los altares bajo el pilar del último santuario, marcan aún más su significado religioso.

El yacimiento de Cancho Roano, declarado Monumento Nacional, es una visita obligada para los amantes de la historia y del misterio.

Más información:
El horario en invierno del Centro de Interpretación es de lunes a sábados de 10 a 14 y de 16 a 20 h., y los domingos de 10 a 14 horas. Cancho Roano

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