España
Cudillero, el puerto con más encanto de Asturias
Con las casas situadas en terraza alrededor del pequeño puerto y su faro en un barranco de 75 metros de altura.
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No hace falta ser muy sagaz para apreciar que la pequeña villa de Cudillero vive por y para el mar. Como si fuera un anfiteatro romano, en terrazas que forman un semicírculo, sus casas abrazan un pequeño puerto que, unas decenas de metros después, se abrirá al Cantábrico con todo el esplendor de un desfiladero rodeado de naturaleza rebosante. De hecho, esta villa llegó a tener la flota más grande de Asturias y una de las más importantes del Cantábrico. Hoy sigue presumiendo de la belleza que supone ver a los barcos de pesca tradicional llegando a su puerto, recogido como el pueblo, en silencio, junto a una moderna rula de pescado, un pequeño astillero y tiendas que buscan agradar al turista. En Cudillero el tapeo es casi una religión, especialmente si se trata de platillos de pescado. Merluza del pincho, pixín (rape), besugo, pescados de roca y mariscos como los centollos, las langostas o los percebes son algunos de los que no faltan (siendo el rape el más importante y que 'bautiza' a los autóctonos como 'pixuetos'). Eso sí, el plato estrella es el Curadillo: un pescado que se cura al aire antes de ser guisado. Pero antes de ponerse a comer hay que haber visitado los dos edificios más importantes de la villa: la iglesia parroquial de estilo gótico y la Capilla del Humilladero, su monumento más antiguo, ahora con forma de ermita y que fue levantada en el siglo XIII. Era allí donde iban a rezar los marineros de la zona para pedir buena pesca. Pero si hay un lugar que hay que visitar, ése es el faro de Cudillero, situado en la Punta Roballera, en la margen oriental de la entrada del puerto. Fue inaugurado en 1858, sustituyendo a las hogueras que encendían las mujeres de los pescadores para guiar a sus maridos en caso de necesidad. Electrificado en 1930, es visible a 25 millas y se encuentra sobre un promontorio que acaba en un acantilado de 75 metros de altura. Desde el puerto, es una bonita estampa, así como el propio pueblo desde su base. Una escapada perfecta para un día de belleza marinera.
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