PALENCIA
Convento de San Pablo de Palencia: ¿sabías que llegó a ser utilizado como sede de las Cortes Generales de Castilla?
Viajamos hasta Palencia para conocer el origen y la historia que esconde el impresionante Convento de San Pablo.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad de Palencia, donde podemos encontrar un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente impresionantes y significativos. Un claro ejemplo es el Convento de San Pablo, una casa religiosa de la Orden de los Dominicos que fue fundada en el siglo XIII por Santo Domingo de Guzmán.
La iglesia conventual que ha llegado a nuestros días se erigió con posterioridad, concretamente entre los siglos XIV y XVI. El antiguo convento continúa vinculado a la Orden de los Dominicos que tienen su residencia en un edificio anexo. Todo ello mientras la iglesia celebra culto de forma regular, haciéndolo como parroquia.
Convento de San Pablo de Palencia, a través de su historia
Este convento, dedicado al apóstol San Pablo, fue fundado por Santo Domingo de Guzmán con el apoyo episcopal. Debemos tener en cuenta que, entre los años 1184 y 1198, Domingo de Guzmán fue estudiante y profesor en la Universidad de Palencia. En el siglo XIII, tomaron el hábito Gil de Santarem, Pedro González Telmo y otros tantos, por lo que desarrollaron su vida religiosa en este convento.
Este lugar fue sede de las Cortes Generales de Castilla en varias ocasiones. Un claro ejemplo lo encontramos en 1296, cuando la reina María de Molina las convocó con la finalidad de garantizar el trono a favor de su hijo Fernando IV, y también en 1313. Cabe destacar que el Capítulo General de la Orden de Predicadores también se celebró en esta edificación.

Lo que es un hecho es que San Pablo tuvo el privilegio de contar con la protección de varios monarcas, como Sancho III, Sancho IV y Alfonso XI. No solamente convirtieron este Convento en residencia y oratorio de la realeza, sino también hicieron posible que recibiese ciertos privilegios papales de diversos pontífices, como Gregorio IX o, incluso, Alejandro III.
Las obras para erigir la nueva iglesia se iniciaron en el siglo XIV, pero no se vieron concluidas hasta el siglo XVI. Bajo el patronazgo de los Rojas, aproximadamente en 1514, los Marqueses de Poza y señores de Monzón tomaron una contundente decisión, y todo por su deseo de ser enterrados en ese lugar.

¿A qué nos referimos? A la acción de demoler la primera capilla mayor para construir la actual. Cabe destacar que la iglesia fue consagrada a principios de abril de 1534. No podemos dejar de mencionar que las tropas francesas, durante la Guerra de la Independencia Española, decidieron ocupar este impresionante templo. Es más, lo llegaron a utilizar como hospital militar y prisión.
Con posterioridad, con la Desamortización, esta construcción pasó a manos del estado aunque en 1844 regresó a la comunidad dominicana. Debido a su importancia histórica, arquitectónica y cultural, este templo fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional, así como Bien de Interés Cultural (BIC).
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