TRADICIÓN EN TODA ESPAÑA
Cinco rincones para una escapada durante el Día del Corpus
El próximo jueves se celebra una de las festividades más emotivas de la Iglesia Católica y este año vuelve a ser un día festivo, por lo que no hay excusa para no visitar alguna de las diferentes ciudades donde la fiesta es mucho más que una tradición.
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Este jueves día 4 se celebra uno de los tres jueves más especiales, junto al Jueves Santo y al día de la Ascensión, de los que cada año marca el calendario religioso de la Iglesia Católica. Se trata del Día del Corpus, una fiesta en la que los fieles ensalzan el sacramento de la Eucaristía y que se homenajea desde que el papa Urbano IV lo institucionalizará en 1264 mediante la bula ‘Transiturus hoc mundo’, aunque no fue hasta mediados del siglo XV cuando empezó a extenderse por todo el mundo católico, gracias al impulso del papa Nicolás V.
España, con su larga tradición católica, es uno de los países en los que este día se celebra con mayor exuberancia y devoción. No en vano, algunas de las fiestas ya ostentan el reconocimiento de Interés Turístico Nacional. Y siendo, como son, de primera importancia, qué mejor excusa, por tanto, que escaparse a vivirlas en primera fila. Y más este año, en el que el día ha vuelto a aparecer como festivo en los calendarios laborales.
De entre todas las celebraciones, hay cinco que marcan especialmente el modo popular con el que todos asociamos al festejo. Una de ellas es la de Toledo, junto a la de Ponteareas reconocida como de Interés Turístico Internacional. En el caso de la capital castellano-manchega, se trata de su fiesta mayor. La protagonista es la procesión por las calles de la misma de la custodia dorada que creo el orfebre alemán Enrique de Arfe.
Como no podía ser menos, se acompaña de gigantes, cabezudos y pasacalles con la monstruosa Tarasca, una figura mecánica de un gran dragón que asusta a los niños echándoles agua por su boca. Este 2015, el programa se completa con conciertos de grupos como El Barrio, Melendi y Presuntos Implicados, representaciones teatrales y una ofrenda floral, el miércoles, en la Puerta de los Reyes de la Catedral Primada.
En el caso de Ponteareas, los vecinos confeccionan artísticas alfombras de flores naturales. Son más de veinte las que llenarán las calles y plazas, en total más de un kilómetro con miles de flores cuidadosamente deshojadas. No se sabe cuándo se empezó con esta tradición en el sur de Pontevedra, pero hay referencias de mediados del siglo XIX.
Más grandiosa es la de Granada, dado que fueron los Reyes Católicos quienes decidieron que la antigua capital almohade tuviese por fiesta mayor el día del Corpus. La reina Isabel fue quien regaló a la ciudad la custodia que se emplea en una procesión que se acompaña de una feria que celebra la semana grande granadina. Así, cada miércoles de feria, a media mañana, la Tarasca, un maniquí, se pasea por toda la ciudad a lomos de un fiero dragón que parece quedar rendido a sus pies.
También tiene pasado real el día del Corpus en el pequeño pueblo de Fuentes de León (Badajoz). Fue con Carlos I cuando se empezó con una tradición que comienza la tarde de mañana martes con el ‘Día del Tambor’, cuando los vecinos bajan a la carretera del pueblo a esperar al tamborilero y se reparten juguetes y copas de aguardiente, preludio de un baile al son de la flauta y el tambor mientras todos suben de vuelta a la plaza del pueblo.
Ya el jueves, tras la Eucaristía, da comienzo una procesión de numerosas imágenes, actos que se cierran con más bailes, los de los 'danzantes ante el Santísimo'.
Por último, Valencia. La capital levantina lo celebra desde 1355, cuando el obispo Hugo de Fenollet la instaura. Además de la solemne precesión, destacan actos como el Paso de las Rocas, los carros triunfales que antiguamente representaban los miesterios de la procesión y que hoy son 11 estructuras de madera con forma de barco antiguo que portan esculturas que aluden a pasajes bíblicos. Van tiradas por caballos.
No hay que perderse La Poalà, en el que los miembros de la Asociación Amics del Corpus, a su paso por la calle Caballeros y Avellanas, son regados con cubos de agua desde los balcones. Y es que, en Valencia, las fiestas, siempre se han entendido a lo grande.
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