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ESCAPADAS DE PRIMAVERA

Cinco alternativas al valle del Jerte donde ver cerezos en flor

Aunque son los cerezos del valle cacereño los más famosos, no son los únicos que comenzarán en pocas semanas su floración, tiñendo los campos de blanco y rosa. Por toda la península hay rincones en los que se dan las características térmicas necesarias. Estos son algunos de ellos.

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Si hay una estampa hermosa que anuncia la llegada de la primavera, esa es la de los campos del valle del Jerte cuajado de cerezos en flor. Esta Semana Santa, quienes se acercaron hasta el norte de la provincia de Cáceres en búsqueda de este paisaje se tuvieron que quedar con las ganas, ya que muy pocos ejemplares habían comenzado a florecer y, según los expertos, aun habrá que esperar una semana o dos más para empezar a ver masas de árboles con su característico color blanco.

Lo mismo ocurre en otras zonas de cerezos en España. Y es que la de Extremadura no es la única de las regiones en los que poder hacerse una escapada en busca de una de las estampas más 'japonesas' que podemos encontrar en nuestro país. Estas son otras cinco comarcas en las que podrás maravillarte si El Jerte te pilla algo lejos.

1. Alfarnate (Málaga). El cultivo de la cereza ha sufrido un gran auge en esta localidad malagueña, hasta el punto de que en el mes de junio celebran su particular Día de la Cereza, con degustación de cientos de kilos de esta fruta. Situado en el extremo noroccidental de la Axarquía, a 925 metros de altitud, el pueblo tiene un paisaje agrícola de contrastes, pues los cerezos se alternan con olvidos, trigo y garbanzos. Además, se puede aprovechar para subir al Puerto de los Alhazores (1.040 m.) y al Puerto del Sol (1.100 m.), con águilas de varias especies y halcones peregrinos, búhos y lechuzas como vecinos de excursión.

2. Bolea (Huesca). Esta localidad de la comarca de Hoya de Huesca, en la provincia del mismo nombre, se encuentra a apenas 20 km. de Huesca, por lo que casi se podría decir que tienen conexión de AVE con muchas ciudades. Sus cerezos permiten la creación de auténticos festivales Hanami, que se realizan de forma oficial o improvisada, al gusto, en las cientos de hectáreas de cerezos del municipio. Es en la parte baja del valle donde más se encuentran.

3. Valle de Gallinera (Alicante). Las Cerezas de la Montaña de Alicante tienen su propia Identificación Geográfica Protegida. Se cultivan en cuatro valles: el de Gallinera, el de Alcalá, el de Ebo y el Laguart, en pueblos como Alpatró, Benirrama, Benialí, Benissivá... por lo que ir en busca de los cerezos valencianos es toda una excursión por las que son algunas de las zonas más desconocidas de la provincia levantina. Entre todos suman unas 1.200 hectáreas, que se van tiñendo de blanco poco a poco.

4. Las Caderechas (Burgos). En este rincón del norte de la provincia castellana, antes de llegar a las postrimerías de la Cordillera Cantábrica, las cerezas son tan protagonistas como las manzanas reinetas. Como es un clima más complicado y frío, hay años que la floración se da a finales de abril y dura el mes de mayo. Los pueblos se suceden encajonados en el valle, desde Escobados de Arriba a Salas de Bureba, toda una aventura.

5. El Arenal (Ávila). La provincia que se encuentra al otro lado del Jerte, en Castilla y León, es Ávila, por lo que no es de esxtrañar que allí también haya cerezos. El valle del Tiétar es el más famoso de todos los rincones con cerezos en flor, concretamente la zona de El Arenal, cuya cereza además destaca por su dulzor. Se han creado rutas de senderismo y visitas que incluyen molinos, corrales, chozos... También El Hornillo y Guisando tienen sus propias rutas y particularidades en torno al cerezo.

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