SALAMANCA

Castillo de San Felices de los Gallegos: quiénes fueron sus dueños y cómo intentaron llevárselo del pueblo

Te presentamos uno de los grandes atractivos turísticos de San Felices de los Gallegos. Hblamos de su Castillo.

Castillo de San Felices de los Gallegos: quiénes fueron sus dueños y cómo intentaron llevárselo del pueblo

Castillo de San Felices de los Gallegos: quiénes fueron sus dueños y cómo intentaron llevárselo del puebloImagen de Hovallef en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

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San Felices de los Gallegos es uno de esos pueblos salmantinos que, desde luego, no dejan absolutamente indiferente a nadie. En este municipio podemos encontrar una construcción verdaderamente sorprendente, que se ha convertido en un habitante más al ser testigo de numerosos hechos históricos.

Estamos hablando, cómo no, del Castillo de San Felices de los Gallegos. Se trata de una edificación que se construyó por orden de Don Dionis, rey portugués, a finales del siglo XIII. No fue hasta el siglo XV cuando se tomó la firme decisión de construir esa curiosa muralla que tiene forma redonda. A pesar de todo, en el siglo XVII se construyó otra más que tiene forma de estrella.

Esta impresionante fortificación perteneció a nada más y nada menos que los Duques de Alba. Posteriormente, pasó a manos de los militares en la histórica Guerra de la Independencia. No fue hasta el año 1920 cuando tres señores de San Felices de los Gallegos decidieron comprarlo con un objetivo: aprovechar la piedra para poder construir casas.

Fue entonces cuando llevaron a cabo un par de derribos en la zona de la plaza de armas, que no dudaron en parcelar y vender. Posteriormente, pasaron al castillo. Su objetivo era empezar a demolerlo por las partes decorativas de la zona más alta.

En ese momento se dieron cuenta de algo: el muro tiene 4 metros de grosor. Por lo tanto, esta acción no solamente les llevará mucho tiempo, sino también dinero. Así pues, toman la decisión de poner dinamita en cada esquina para hacerlo estallar por los aires. Afortunadamente, gracias precisamente a ese impresionante grosor, esa explosión apenas hizo estragos en el castillo.

Castillo de San Felices de los Gallegos
Castillo de San Felices de los Gallegos | Imagen de FLAVIVSAETIVS en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Después de este plan fallido, planean calcular la dinamita que necesitan para derruir la torre en su totalidad. Ángel de Dios, otro señor de San Felices de los Gallegos, fue el que intercedió para que dejasen de intentar derruir esta construcción. Es más, él se propuso comprarlo para salvarlo.

En un principio se rieron de su idea ya que, en aquella época, conseguir el dinero suficiente estaba realmente complicado. Ángel de Dios no quiso dar su brazo a torcer, y pidió el dinero a un hermano que había emigrado a Puerto Rico, por lo que consigue comprar el castillo en 1924.

30 años después, dos norteamericanos se quedaron fascinados con el Castillo de San Felices de los Gallegos. Por ese mismo motivo, ofrecieron a su dueño nada más y nada menos que 14 millones de pesetas. Su objetivo era desmontarlo, marcar las piedras y llevárselo. Ángel de Dios se negó, aunque les propuso vendérselo a la mitad de precio si lo restauraban y lo dejaban donde está.

El dueño del Castillo, años después, falleció por lo que la edificación pasó a manos de sus hijos. Uno de ellos, Don Paco, tomó la firme decisión de donarlo al pueblo para que los turistas y vecinos pudieran visitarlo.

Debemos tener en cuenta que esta fortificación consta de unas seis salas. En la primera hay una recepción donde encontramos el aula histórica, pero también el aula de interpretación de la histórica ruta de fortificaciones de la frontera.

En esa sala, se cuenta la historia más reciente del castillo pero también se puede subir a la conocida como sala de armas. Allí encontramos una serie de réplicas de bastida, armaduras y hasta una catapulta. Si subimos a la siguiente sala, podremos ver una imponente maqueta tanto del castillo como de sus murallas. Lo cierto es que, si decides visitar San Felices de los Gallegos y sus alrededores, ¡no olvides descubrir desde dentro esta impresionante construcción!

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