ANDALUCÍA

Castañar de Ojén: un bosque dorado escondido en la Costa del Sol

No es una playa, pero merece igual la pena adentrarse en él.

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La Costa del Sol es famosa sobre todo por sus kilómetros de playas y su buen clima casi todo el año. Son muchas las personas que se escapan hasta esta zona de Andalucía para disfrutar de sus vacaciones de verano con chapuzones en el Mediterráneo o con paseos por sus pueblos de casas blancas. Pero lo cierto es que más allá de la época estival, la Costa del Sol también puede disfrutarse. Por ejemplo, con un recorrido otoñal por el castañar de Ojén.

Si bien puede que Ojén no te suene de absolutamente nada, porque pasa desapercibido en medio de otras ciudades de más renombre como Marbella, que se encuentran a muy pocos kilómetros de distancia, debes saber que es un pueblo coqueto que cuenta con un bosque que se tiñe de dorado en los últimos meses del año.

El Castañar de Ojén es, casi siempre, verde y frondoso. Pero entre octubre y noviembre se disfraza de otoño. Los tonos tierra, ocres y anaranjados pintan el paisaje. Las hojas caen de los árboles y crujen al caminar sobre ellas. Las castañas las acompañan en el sueño, listas para ser recogidas. Y los excursionistas pasan allí horas descubriendo la belleza del lugar.

Castañas
Castañas | Pixabay

No cabe duda que este no es el paisaje Mediterráneo que uno se imagina cuando piensa en la Costa del Sol. Pero tampoco la hay de que merece de igual modo la pena acercarse a observarlo. Sobre todo, si tenemos en cuenta que llegar hasta el Castañar de Ojén es sencillo. La ruta parte del pueblo, típico andaluz y encaramado a la montaña, y te lleva en apenas media hora hasta el bosque de árboles centenarios que protagoniza estas líneas.

Algunos de estos árboles se alzan hacia el cielo con rectitud y otros cuentan con troncos retorcidos que parecen auténticas esculturas. Pero todos ellos contribuyen a hacer del Castañar de Ojén un destino perfecto para una excursión otoñal, sobre todo si se decide hacerla en domingo. Y es que cuando llega el último día de la semana, el pueblo entero parece estar de celebración.

Ojén celebra los domingos algunos mercadillos y ferias en los que es posible probar productos locales como la miel y el aguardiente. Claro está, también castañas asadas; no podía ser menos teniendo tan cerca un bosque repleto de ellas.

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