ANDALUCÍA
Casa de Castril de Granada: su vínculo con los Reyes Católicos y la curiosa leyenda que esconde
Viajamos hasta Granada para conocer el origen de una de sus construcciones más significativas, la Casa de Castril.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Andalucía, concretamente hasta la preciosa y mágica ciudad de Granada. Allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones de ensueño. Un claro ejemplo es la conocida como Casa de Castril. Se trata de un palacio renacentista en el que actualmente se sitúa el Museo Arqueológico de Granada.
Casa de Castril de Granada, a través de su historia y sus características
Para comenzar, debemos tener en cuenta que esta edificación se halla enclavada en la carrera del Darro, en el antiguo barrio árabe de Ajsaris. A partir del siglo XVI, esta zona se convirtió en la sede de la nobleza de granada. Algo que se puede apreciar, precisamente, en las diversas construcciones blasonadas que podemos encontrar.
De esta forma, hay que destacar que la Casa de Castril es uno de los mejores ejemplos en cuanto a palacios renacentistas de la ciudad andaluza. Es importante destacar que perteneció a la familia de Hernando de Zafra, el que fuese secretario de los Reyes Católicos. Él fue uno de los que participó de forma activa en la Reconquista de Granada a los musulmanes, así como en las Capitulaciones que se llevaron a cabo.

No podemos dejar de mencionar que en la parte más alta de la fachada de la Casa de Castril está grabada una fecha, 1539, que es la de su construcción. Cabe destacar que esta impresionante obra fue atribuida a Sebastián de Alcántara, uno de los discípulos más destacados de Diego de Siloé. Siglos más tarde, en 1917, se decidió adquirir la Casa de Castril a los herederos de Leopoldo Eguílaz y Yanguas, insigne arabista, para ubicar en ella el Museo Arqueológico de la ciudad.
La curiosa leyenda que esconde la Casa de Castril
Sobre este edificio recae una curiosa historia que tiene estrecha vinculación con la esquina que tiene la vista al Paseo de los Tristes, donde encontramos un balcón ciego y, sobre él, una frase que dice “Esperando la del cielo”. La leyenda asegura que Elvira, hija del viudo Hernando de Zafra, se enamoró perdidamente del joven Alfonso de Quintanilla poco antes de cumplir los 18 años. Cabe destacar que ambas familias eran rivales, por lo que tenían que verse en secreto.
Aprovechando la ausencia de don Hernando, los amantes decidieron encontrarse en la habitación de Elvira. Por desgracia para ellos, el noble llegó antes de lo previsto. Un sirviente alarmó a los jóvenes, por lo que Alfonso de Quintanilla intentó salir por el balcón. El padre lo encontró en la alcoba de su hija y creyó que era su amante. Sin escucharle, mientras pedía justicia por el error, don Hernando ahorcó al sirviente en ese balcón que en la actualidad está amurallado: “Colgado quedarás, esperándola del cielo”, le diría el noble.

De ahí que decidiese esculpir la inscripción “Esperándola del cielo” encima de ese balcón, a modo de aviso a todos aquellos que intentasen pretender a Elvira. La joven, incapaz de ver la luz del día, quedó encarcelada en casa de su padre. Pero la leyenda va más allá y es que, al parecer, la muchacha se sintió tan desesperada por su encierro que se quitó la vida ingiriendo veneno.
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