España
Cabárceno, mucho más que un zoo
Para los que quieren ver animales en libertad
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El Parque Natural de Cabárceno se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Cantabria, esta especie de parque zoológico se creó en una antigua explotación minera a cielo abierto abandonada, circunstancia que aprovechó el Gobierno cántabro para comprarla y convertirla en un Parque Natural. Hicieron falta algunas transformaciones ambientales y paisajísticas para conseguir la modificación de este espacio en el que se consiguió recuperar tanto la flora como la fauna autóctona. Nada más acceder a sus instalaciones, sorprende un paraje rodeado de valles y montañas y lo que más llama la atención son sus agujas calizas que se elevan entre los prados. Osos pardos, lobos o corzos, conviven en recintos de grandes superficies con animales de los cinco continentes, tigres, leones, elefantes, avestruces, rinocerontes o jirafas en un estado de semilibertad. La vida en el parque transcurre de la forma más natural, a los animales solamente se les facilita la alimentación y se rigen por su instinto, incluso se ven peleas en la época de celo. Se han adaptado plenamente a este hábitat, incluso algunos de ellos ya han conseguido reproducirse, como es el caso de los elefantes africanos. Dada su extensión hay que utilizar el coche pero hay numerosas zonas de aparcamientos lo que nos permite lanzarnos a recorrer sus lagos, sendas o desfiladeros, explorarlos como si estuviéramos en un safari, una experiencia única tanto para niños como mayores que se verán absorbidos por este contacto con la naturaleza. Pero Cabárceno, además, esta concebido con un carácter cultural, educativo y científico. En el Aula Medioambiental existen talleres que consiguen que esta visita sea lo más didáctica posible, desde contar como vive una manada de elefantes hasta reconocer las huellas de los animales y el porque de sus formas o talleres en los que se intenta sensibilizar de los problemas a los que se enfrenta el planeta. Cuentan con rutas didácticas, actividades plásticas y rutas botánicas. Situado a unos 15 kilómetros de Santander, sus instalaciones cuentan con cafeterías, restaurantes y merenderos para poder disfrutar al máximo de este espectáculo natural.
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