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España

Almonte celebra su Romería del Rocío

La madrugada del domingo 8 al lunes 9 de junio tendrá lugar el salto de la reja para sacar a la Virgen del Rocío

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Cincuenta días después de que finalice la Semana Santa, el domingo de Pentecostés, tiene lugar el día grande del Rocío. Y así, año tras año, Huelva –en concreto la aldea de El Rocío- celebra su más esperada y sentida Romería, la del Rocío, una auténtica manifestación de la religión católica de espíritu andaluz en honor a la Virgen del Rocío. Esta pequeña localidad de aproximadamente 2000 habitantes se encuentra al lado de Almonte, y durante estos días del año atrae a cientos de creyentes, turistas y también peregrinos con un mismo objetivo. Una semana antes del gran día, las cofradías de las poblaciones y provincias cercanas como Cádiz o Sevilla, salen de sus respectivas ciudades para llegar hasta la Ermita del Rocío. Son muchos los que dicen que “el Rocío es el camino”, aunque lo cierto es que la máxima expresión de la romería se alcanzará este año la madrugada del domingo 8 al lunes 9 de junio. Durante el camino que realizan los peregrinos hasta la aldea almoteña, que puede ser a pie, en caballo o en carrozas, se respira un ambiente de fervor, pasión y devoción incomparable. Las tradiciones juegan un papel muy importante, se ven muchos trajes de flamencos y también gran sentimiento. Dice la leyenda que, en el siglo XV, un pastor que se encontraba en el coto real de La Rocina, halló una talla de una virgen en el tronco de un árbol. El hombre cogió la imagen y se la llevó a Almonte pero, al dormirse durante el camino, la talla desapareció y volvió misteriosamente al lugar en el que la había encontrado. Fue entonces cuando las autoridades decidieron levantar allí una ermita que posteriormente fue demolida para construir el santuario actual. La Virgen del Rocío, de las Rocinas o La Blanca Paloma, como se la conoce popularmente, es la patrona de Almonte. Alrededor de un centenar de cofradías se acercan para disfrutar de todos los acontecimientos y tradiciones. El sábado día 7 de junio a las doce de la mañana, todas las cofradías se presentan ante el santuario por orden de antigüedad en la llamada presentación de las Hermandades Filiales, que dura varias horas. El Domingo de Pentecostés se celebra la Misa Pontifical, para posteriormente celebrar el fin de la Romería con bailes y fiestas flamencas. Pero, sin duda, el momento más emotivo es la procesión que comienza con el llamado “salto de la reja” en la madrugada, seguido de un recorrido a hombros con la Virgen por toda la localidad. Los gritos de “Que viva la Blanca Paloma” se escuchan por todo el Rocío y solo cesan cuando, al llegar las primeras luces del alba, todos se encomiendan a la Virgen hasta el año que viene. Miles y miles de personas disfrutan cada año de este acontecimiento que tiene lugar cerca del delta del Guadalquivir, en el límite del Parque Natural de Doñana. Cuando la Virgen, bella, engalanada y custodiada por una auténtica marea de admiradores, sale del Santuario se vive un momento único. Un instante tremendamente emotivo que encoge el corazón de todos los presentes y les conquista para que vuelvan el año que viene.

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