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Europa

Viena, una ciudad con banda sonora

La capital austriaca aún recuerda su época más dorada

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Viena está en ese punto de difícil equilibrio entre la modernidad y el pasado. La capital austriaca recuerda su esplendor a través de edificios, calles, parques y plazas que aún cuentan orgullosas la espectacular historia de la que ha sido testigo la ciudad a lo largo de los siglos. En ella se puede palpar una gran mezcla de culturas que se traduce, entre otras cosas, en una gastronomía sorprendente y deliciosa a partes iguales. Los pasteles con los que deleitan algunos de sus locales, o la tarta Sacher bien merece ser acompañados por un buen café, mientras que sus platos principales pueden degustarse en algunos de los mejores restaurantes de la ciudad. Pero, si algo destaca en Viena es la pasión y la tradición musical que lleva consigo. Es una ciudad que tiene su propia banda sonora, compuesta por grandes artistas como Mozart, Strauss o Beethoven, entre otros tantos. De ahí que su Ópera sea una de las más famosas de todo el mundo. Pero, más allá de agradar los oídos, en Viena se pueden visitar un montón de museos, un plan perfecto para conocer su cultura e historia y también la excusa perfecta para caminar sin rumbo fijo por su casco antiguo, bello y cautivador a partes iguales. A orillas del Danubio, por Viena ha pasado la dinastía Babenberg y en 1237 fue declarada ciudad imperial. Pero, sin duda, ha sido la cuna de los Habsburgo, la dinastía más larga de Europa. Viena aún sigue siendo sinónimo del esplendor del continente, teniendo su época dorada muy presente en cada uno de sus rincones y su especial ambiente. Una visita a la capital bien merece empaparse de su esencia y para ello es imprescindible visitar algunos de sus lugares más icónicos y sus edificios más emblemáticos. Te presentamos algunos de ellos, el resto seguro que los descubres sobre el terreno y con ellos puedes completar tu diario de viaje.

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