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Europa

La Valeta, un refugio en el Mediterráneo

La capital maltesa es pura historia y tranquilidad

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La isla de Malta, bañada por un agradable sol durante prácticamente todo el año, se encuentra en el centro del cálido Mediterráneo. A pesar de su pequeño tamaño, en su interior guarda numerosos secretos históricos, algunos de ellos tan extraordinarios que le han valido a su capital el privilegio de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La isla cada año sorprenden a un gran número de turistas en busca de tranquilidad. Una visita a Malta casi parece un viaje en el tiempo, una mirada al pasado, a las antiguas culturas que marcaron el destino europeo, de las que se pueden admirar sus ruinas, palacios y también sus fuertes. El archipiélago maltés está formado por las islas de Gozo, Comino, Cominotto y Filfla, además de Malta. Todas ellas, bañadas por unas aguas de azul intenso, protegidas por antiguas murallas y repletas de un estilo barroco inconfundible. Sin duda, el epicentro de toda la isla se concentra en la capital, La Valeta. Una localidad que recibió su nombre en honor a Jean Parisot de la Vallette, Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de San Juan. Fue este personaje el defendió y posteriormente ordenó reconstruir la ciudad una vez que los malteses expulsaron a los turcos de la isla a mediados del siglo XVI. La Valeta es una ciudad enclavada entre dos puertos naturales, Great Harbour y Marsamxett. La mayoría de su casco histórico está compuesto por calles peatonales con edificios de curiosos balcones y desnivel que merece la pena disfrutar callejeando para, de esta forma, alternar las visitas con las increíbles vistas marítimas que se tienen desde casi cualquier punto de la localidad. Fotos: www.viewingmalta.com y Descubre Malta

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