Un toque asiático en el último cinco estrellas de Milán

Este año, todo gira en torno a Milán. Y no es por casualidad. La celebración en la capital lombarda de la Exposición Universal ha hecho que allí se concentre la vanguardia de la arquitectura, el urbanismo, la cultura y la gastronomía, hasta el punto de que cada país lucha por ser el más innovador. El evento, además, ha servido como revulsivo a una ciudad que llevaba unos años algo parada en cuanto a la creación de nuevos espacios.

Muestra de este revulsivo ha sido la reciente apertura de un nuevo cinco estrellas. Y no de cualquier cadena, sino de una de referencia: Mandarin Oriental. La inauguración, hace unas semanas, no solo incrementa la oferta urbana de la cadena asiática, sino mete de lleno a Milán en el selecto club de ciudades con hoteles MO.

Este nuevo hotel quiere unir lo mejor de la tradición y elegancia italiana con los altos parámetros del lujo y la opulencia asiática. Un interesante juego de minimalismo y barroquismo en el que no se sabe bien quién gana de los dos. Eso sí, la parte italiana ha corrido por cuenta del estudio de Antonio Citterio, el famoso arquitecto, así como por la interiorista Patricia Viel. El Mandarin Oriental Milán se ha levantado a lo largo de cuatro edificios del siglo XVIII remodelados, creando un ambiente residencial. En total, 104 habitaciones y suites con vistas sobre la céntrica Via Andegari, a muy poca distancia de la famosa calle de compras por excelencia: Montenapoleone.

Un punto fuerte del hotel es su spa. Con 900 metros cuadrados dedicados al cuidado y al bienestar del cuerpo y la mente, se trata del primer gran espacio completamente holístico en Milán. Su objetivo: ofrecer las mejores técnicas de rejuvenecimiento facial, relajación, tranquilidad y meditación. Para ello ofrece todo un rango de tratamientos, terapias y programas de belleza y salud que se personalizan al máximo para cada huésped, que tiene que llegar media hora antes para empezar a ambientarse de su ambiente de paz e ir 'preparando' el cuerpo a base de zumos detox y probando relajantes camillas.

El spa cuenta con seis cabinas de tratamientos, incluyendo dos de ellas pensadas para parejas, así como una sala de masaje tailandés y un espacio VIP diferenciado. Además, tiene un Beauty Studio, una sala para pedicura y manicura, una peluquería a cargo de la firma Massimo Seririni, piscina interior y gimnasio.

Tampoco se ha descuidado el apartado gastronómico. El restaurante principal del Mandarin Oriental Milán ha sido bautizado como Seta. Al frente de los fogones se encuentra Antonio Guida, un chef que ya posee dos estrellas Michelín por su restaurante Il Pellicano, también en un hotel de lujo en la región de Toscana. Con una cocina netamente italiana, el cocinero le da un toque moderno y elegante para crear platos a medio camino entre la tradición toscana y el toque vanguardista de Francia. Nicola di Lena es el chef encargado de los postres y la lista de vinos incluye más de 500 referencias.

El hotel añade, además, un bar, más informal y con terraza en un patio interior, donde se sirve una carta más pequeña, a modo de bistró.

Con hasta 10 tipos de habitaciones diferentes, la que destaca es la Presidential Suite, con capacidad para tres personas, cama King Size y 150 metros cuadrados para relajarse y tomar como base en una escapada a Milán, a la que ofrece vistas desde sus grandes ventanales. La Deluxe Room, la más sencilla (1.000 €/noche), ofrece 40 metros cuadrados y también tiene camas King Size.

Para celebrar la apertura, Mandarin Oriental ha creado el paquete Expo Milano 2015, que ofrece dos noches de alojamiento, tickets de rápido acceso a la Exposición, transporte y un aperitivo gourmet en el Mandarin Bar. También el Experience Milan, una oferta que incluye 200 € de crédito por habitación (300, si es una suite) al precio promocional de apertura de 700 €/noche.

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Mandarin Oriental Milan