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África

Siempre nos quedará Casablanca

El Hôtel & SPA Le Doge es un magnífico edificio Art Decó en el centro de Casablanca.

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No hay amor que pueda resistirse a Casablanca. Y sino que se lo pregunten a los mismísimos Humprey Bogart e Ingrid Bergman, quienes sucumbieron a sus propios encantos y también a los de la Medina y el Casco Antiguo de esta atractiva ciudad al oeste de Marruecos –aunque, para disgusto de los cinéfilos, la película se rodó íntegramente en la otra punta del mundo, en un estudio de Hollywood-. Casablanca es la ciudad con más habitantes de Marruecos, está bañada por el Océano Atlántico y posee una majestuosidad que alcanza su máxima expresión con el imponente minarete de 200 metros de altura que corona la mezquita de Hassan II. Casablanca es tradicional, pero en sus calles se respira un ambiente cosmopolita. El protectorado francés dejó en herencia numerosos edificios de inspiración art decó, que contrastan con la caótica arquitectura de las estrechas y sinuosas calles que conforman el casco antiguo y también con los modernos centros comerciales como en Anfa Place, diseñado por el mismísimo Norman Foster. Es imprescindible un paseo por el Boulevard Mohammed V, una visita a la gran mezquita Hassan II y recorrer alguno de sus zocos del barrio de Habous,  siempre imaginando que estamos siguiendo los pasos de personajes como Albert Camus, Edith Piaf o Saint-Exupéry, quienes hace ya algunas décadas se dejaron seducir por Casablanca. En pleno corazón de esta ciudad se encuentra el Hôtel & SPA Le Doge, como un oasis entre el bullicio, este edificio sigue manteniendo intacto su encanto desde que se construyó en los años 30. Fue un empresario italiano quien, como regalo para su esposa, ordenó edificar esta residencia en la ciudad donde se conocieron. Décadas después, cuenta con 16 habitaciones y suites, decoradas cada una por un artista distinto pero todas con una misma temática: el movimiento Art Decó. Al entrar, un acogedor salón con chimenea da la bienvenida a todo aquel que quiera disfrutar de un buen rato con un libro o bien escuchando la agradable música del pianista. El Spa es el lugar perfecto para desconectar en su jacuzzi, sauna o sus cabinas de tratamientos, mientras que los más ávidos por conocer la ciudad, podrán disfrutar de unas increíbles vistas al Parque de la Liga Ýrabe desde el jardín de su quinta planta. Le Veyre, el restaurante del Hôtel & SPA Le Doge, ofrece platos de cocina francesa con toques marroquíes, una oportunidad de descubrir la gastronomía de Casablanca en un hotel que ha sabido preservar su autenticidad con el paso de los años.

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