Viajestic » Destinos

VIAJE DE AVENTURAS

Santa María, la isla de los piratas, las ballenas y el buceo

Durante dos siglos sirvió de cobijo a los piratas que abordaban los barcos cargados de riquezas procedentes de las Indias. Hoy, en la costa este de Madagascar, es un lugar tranquilo, ideal para el turismo gracias a fabulosas playas plagadas de cocoteros.

Publicidad

La isla de Santa María esta situada en la costa este de Madagascar y es conocida por los malgaches con el nombre de Nosy Boraha. Compuesta por una isla principal y varias islas más pequeñas, mide 57 kilómetros de largo y 8 kilómetros en su parte más ancha.

En Santa María se respira un ambiente de tranquilidad, pero no siempre ha sido así, pues la isla fue asentamiento de piratas durante los siglos XVII y XVIII. Los corsarios usaban las bahías de la isla como refugio para poder saquear los barcos que regresaban de las Indias cargados de riquezas. El islote era un lugar seguro para los bucaneros y fue utilizado por más de 1.000 piratas según señalan algunos historiadores; una cifra nada desdeñable.

A día de hoy, todavía pueden encontrarse restos de barcos de estos temidos corsarios sumergidos en las costas de la isla. Y una de las mayores atracciones turísticas es la visita al cementerio de los piratas, donde las tumbas aparecen marcadas con dos tibias una calavera, como cantaba Sabina al escoger, de entre todas las vidas, la del pirata cojo.

Pero las patas de palo y los parches en el ojo hace tiempo que dejaron de formar parte del paisaje de Santa María para dar entrada a los turistas, que acuden atraídos por la belleza de sus playas, sembradas de cocoteros, pero también por las posibilidades que ofrece el islote de practicar senderismo y ciclismo; a lo que hay que sumar las dos actividades más demandadas: por un lado el buceo y el esnórquel para contemplar la riqueza coralina de sus arrecifes. Y, por otra parte el avistamiento de ballenas jorobadas, uno de los animales más fascinantes de la naturaleza que pueden llegar a medir hasta 16 metros y cuyo peso aproximado es de 35 toneladas. Todos los años, entre los meses de julio y septiembre, centenares de ballenas acuden a estas cálidas aguas para aparearse y dar a luz. Ver cómo asoman la cabeza por encima del agua, contemplar sus saltos o admirar sus coletazos sobre la superficie del mar es un espectáculo maravilloso.

Hace tiempo que dejó de ser un secreto que Santa María es un lugar paradisíaco, por eso la isla cuenta con una buena infraestructura hotelera. El Riake Resort es considerado el mejor, pero hay muchos otros que ofrecen un servicio y una calidad excelentes: el Princesse Bora, el eco-lodge Ravoraha, el Boraha Village o el Soanambo. El hecho de haber sido colonia francesa se aprecia en el hecho de que estos hoteles están en su gran mayoría regentados por franceses y tienen un corte marcadamente europeo.

La isla está muy bien comunicada. Desde Antananarivo, capital de Madagascar, hay vuelos diarios. Pero si Air Madagascar no te inspira confianza, también salen con regularidad ferrys y lanchas rápidas desde Tamatave. Una vez que llegues a Santa María, la mejor forma de moverte es alquilando una bicicleta de montaña. Sólo así llegarás a conocer los rincones más apartados y los secretos mejor guardados de Santa María, un lugar donde hacer deporte no está reñido con el descanso.

Más información:
Oficina de Turismo de Madagascar

Publicidad