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PARAÍSO EN EL PACÍFICO

Santa Catalina, el paraíso privado de los surfistas de Centroamérica

Un pequeño pueblo alejado del turismo de masas es el rincón preferido de los surfistas más exigentes. Su playa de arena negra permite cabalgar olas de ensueño. Bienvenidos al Pacífico de Panamá, a Santa Catalina, un templo que comienza a ser un secreto a voces.

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Santa Catalina es uno de los destinos más interesantes de Panamá. Situado a orillas del Pacífico, tiene la mejor y más coherente ola de surf en el país. Además, se trata del punto de partida de las excursiones al Parque Nacional Coiba, un rincón con increíble buceo, rutas de senderismo y observación de fauna.

Estamos en el Golfo de Chiriquí, en el estado de Veraguas, en un pequeño y tranquilo pueblo, desconocido hasta que fue descubierto por los surfistas más aventureros en los años 70. Hoy, Santa Catalina es uno de los lugares más visitados por los amantes de la pesca, el surf, el buceo y el submarinismo. Su calidad como escenario de surf de clase mundial, de hecho, se mantuvo en secreto durante mucho tiempo entre los surferos, pero pronto comenzó a ser popular. Y es que la ola de Santa Catalina ofrece breaks poderosos y consistentes, la más consistente de toda América Central.

Cuenta con playas rodeadas de exuberante vegetación en las que disfrutar. Además, tiene el aliciente de ser uno de esos lugares en los que uno puede alojarse y comer con un presupuesto ajustado. No faltan escuelas de surf, hoteles de bajo coste ni restaurantes. Las escuelas programan campamentos para principiantes y niveles intermedios que incluyen el alojamiento, las comidas, las clases diarias y el alquiler de tablas de surf. Y en un corto paseo en barco desde la costa, los entusiastas del buceo y de la pesca encontrarán enormes poblaciones de peces y estructuras volcánicas bajo el agua.

Sin embargo, las cosas aquí siguen siendo como eran antes, ya que estamos en un pueblo remoto, y aun un tanto aislado. La ciudad más cercana con cajero automático, supermercado y otros servicios básicos, Soná, queda a una hora de distancia. La calle principal de Santa Catalina, de hecho, es el final de la carretera que la conecta con este pueblo, un camino que termina en la playa, con el Pacífico rugiendo sobre la arena negra.

Allí la ola rompe tanto de izquierdas como de derechas, con potencia y formando buenos tubos. A 15 minutos a pie hacia el oeste, encontramos Playa Estero, un descanso con ola larga con izquierdas y derechas sobre un fondo de arena. Tiende a tener olas más pequeñas y es ideal para los principiantes. Al oeste, Punta Brava, es otro lugar donde la ola rompe sobre un fondo rocoso. Hay rupturas fuertes con grandes tubos, pero las rocas son afiladas, así que hay que llevar calzado.

Además del surf, Santa Catalina, es el punto de entrada principal para visitar el Parque Nacional Coiba, uno de las más grandes y espectaculares del país. De hecho, es un una isla llena de vida silvestre en cuyas aguas podemos encontrar los peces más grandes de todo Panamá. Los buzos pueden detectar tiburones ballena, tiburones martillo, delfines y hasta ballenas jorobadas. Es el hogar del segundo mayor arrecife de coral a lo largo del Pacífico Oriental, a una hora y media en barco desde Santa Catalina.

Si te gustan los lugares tranquilos, lejos de todo y de todos, y eres un amante del surf, te encantará este rincón panameño, con sus bandadas de loros, sus aguas cálidas y sus tranquilas playas; a unas seis horas de viaje desde Ciudad de Panamá. Es el lugar ideal para una escapada tranquila. Disfruta de ella mientras todavía sigue siendo un secreto a voces.

Más información:
Santa Catalina

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