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ADRENALINA EN ESTADO PURO

Los saltos al vacío más espectaculares

Desde puentes sobre ríos caudalosos o presas gigantescas en el centro de los Alpes, sobrevolando el cráter de un volcán activo o desde la punta de una torre telecomunicaciones, los amantes del 'bungee' extremo se atreven a saltar en los rincones más peligrosos del planeta. Damos la vuelta al mundo de abismo en abismo.

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El mero hecho de saltar de un puente, por muy poca altura que tenga, ya supone tomar un alto riesgo. Aunque se trata de una modalidad de turismo de aventuras bastante segura, no deja de haber factores que hacen que nuestros niveles de adrenalina suban a límites insospechados. Y si ya ocurre cuando el objetivo es lanzarse desde 40 metros, la sensación de hacerlo sobre el doble o incluso el triple de altura se convierte en toda una hazaña.

Repartidos por todo el planeta podemos encontrar plataformas de salto extremo a cuál más original y exótica. Son los mismos lugares que recorren con pasión los amantes de una modalidad, el 'bungee', que no entiende de miedos, sino solo de sensaciones plenas cuando, por fin, volamos cual pájaros en el aire, justo antes de que nuestras sujeciones cumplan su función y nos tiren de vuelta hacia arriba, desafiando la gravedad.

Ninguno puede compararse en altura con la Torre Macao, en la ciudad homónima del sur de China. El salto desde la plataforma se realiza a 233 metros de altura sobre el suelo y la cuerda corta a apenas 30 metros del suelo, lo que, para los arriesgados practicantes, le da aún más emoción. Es una caída que dura 18 segundos, una de las más largas del mundo, y no se olvida fácilmente.

Sin embargo, siguen siendo los puentes los lugares favoritos para este tipo de aventuras, especialmente para poder aprovecharse del balanceo del 'puenting' sobre el simple salto elástico del 'bungee'. El único que puede tutear a la torre de Macao es el Bloukrans, un puente en Sudáfrica cuya plataforma de salto permite una caída de 216 metros. Ya el paseo por la plataforma del propio puente, sobre el río del mismo nombre, en un valle abrupto, es un desafío. Sin accidentes desde 1997, fue el primer lugar de África en el que se pudo practicar el salto.

En ese continente hay ahora un competidor: el que se realiza sobre el río Zambeze a un paso de las cataratas Victoria y en plena frontera entre Zambia y Zimbabwe. Es en un puente que se construyó en 1905 y, justo antes de la caída de 152 metros que nos espera, es posible admirar desde la plataforma uno de los paisajes más maravillosos del mundo, con los saltos de agua al fondo y la inmensidad de la sabana a nuestro alrededor.

Claro que para impresión, el del volcán Pucón en Chile, aun activo y que presume de ser el salto más caro del mundo. Esto es así porque es necesario un helicóptero para hacer el salto, pues es el único modo de llegar a la plataforma, que se encuentra en la boca del volcán. La cuerda se tensa a 140 metros de la lava, una experiencia única en el planeta que, eso sí, no está disponible para todos los bolsillos, pues cuesta más de 10.000 €.

Más económico, en cambio, es elegir la presa de Ticino, en Suiza, famosa por ser desde donde saltara James Bond en 'GoldenEye'. El salto permite una caída de 220 metros, en paralelo a una gran pared de cemento, la de la presa hidroléctrica, en plenos Alpes.

Son bastantes más que los del puente Perrine, en Idaho, sobre el río Serpiente. Sin embargo, este lugar está entre los preferidos de los amantes del 'bungee' por una gran razón: los 146 metros de caída se completan casi rozando las tranquilas aguas, en un escenario que parece sacado de las películas del Oeste. Es cierto que no tenemos magma en ebullición bajo nuestros pies, pero la adrenalina sube, igualmente, al límite.

Más información:
Torre Macao
Tandem Base – Idaho
Turismo de Ticino
Face Adrenalin – Bloukrans

 

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