Un pueblo minero fantasma en Arizona
Un pueblo minero fantasma en Arizona
Goldfield Ghost Town un pueblo minero abandonado lleno de diversión
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Situado en lo alto de una pequeña colina entre las conocidas como montañas de la Superstición y las montañas de Goldfield, esta pequeña ciudad nació en 1892. El oro que se encontró en esta zona atrajo a muchos buscadores de fortuna. Y en muy poco tiempo creció con una oficina oficial de correos, tres salones, una casa de huéspedes, un almacén, una herrería, una carnicería y una escuela. Hasta 1.500 personas llegarón a habitar las bulliciosas calles de Goldfield. Pero como pasó con otras ciudades mineras del oeste americano, el oro comenzó a escasear, y la ciudad se fue extinguiendo abandonada a su suerte, hasta convertirse en un pueblo fantasma. A lo largo de los años se intentó en varias ocasiones reabrir las minas, y la ciudad volvió a la vida alrededor de 1910 y hasta 1926. Y 115 años más tarde, viajeros de todo el mundo se acercan a Goldfield, antigua protagonista de la fiebre del oro, situada en la histórica Ruta Apache, para disfrutar de la grandeza del salvaje oeste de Arizona. Hoy, Goldfield, está lleno de edificios auténticos, y se ha convertido en una atracción turística. Se puede pasear por sus calles, visitar las minas subterráneas, y dar una vuelta en el único ferrocarril de vía estrecha que todavía sigue en funcionamiento en Arizona. Y por supuesto, y como no podía ser menos en los Estados Unidos, hay tiendas. Los edificios que siguen en pie incluyen un burdel, una panadería, la cárcel, una iglesia y más. Y hay auténticas representaciones de cómo era la vida de antaño, la calle se llena de gente con trajes de época, caballos y carros, y duelos de pistoleros que impresionan por lo reales. Y si viajas con los más pequeños de la casa, se lo van a pasar genial. Hay un montón de actividades para ellos. Las bajadas a la Mina duran unos 25 minutos y los guías nos cuentan la apasionante historia de la mina, de la ciudad, y de cómo se realizaba la extracción de oro. El recorrido en el ferrocarril Narrow Gauge nos llevará unos 20 minutos. Un paseo panorámico, en el que nos cuentan el por qué se conoce a las montañas de la Superstición con ese nombre. Podemos también lavar oro, aprender cómo lo hacían y montar a caballo por los alrededores a lo vaquero. Visitar el Museo de Goldfield con su colección de artefactos, mapas y cerámica de las montañas. Y para terminar es muy interesante la exhibición de Reptiles con serpientes, escorpiones, arañas y otros bichos nativos del desierto de Sonora.
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