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El frío y la nieve tienen su encanto

10 planes si visitas Montreal en invierno

Abrígate bien, coge tu cámara de fotos o tu móvil porque Montreal tiene mucho que ofrecer, especialmente en invierno. Las bajas temperaturas no son ninguna excusa para hacer turismo o practicar deportes de nieve.

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Sus gélidas temperaturas en invierno con mínimas de casi 30 grados bajo cero no deben desanimar para visitar la segunda ciudad más grande de Canadá, en la provincia de Quebec al oeste del país a 190 km de Ottawa, la capital. Montreal se encuentra en una isla del Río San  Lorenzo y es la cuarta ciudad francófona más poblada del mundo. La mezcla de nacionalidades, etnias y lenguas han hecho de ella una urbe multicultural y dinámica en la que la fusión de tradición y modernidad forman su identidad.

Merece la pena visitar esta ciudad liberal y mezclarse con sus gentes de carácter amigable y abierto, así que nos abrigamos bien y nos vamos a disfrutar de 10 planes en Montreal.

1. Montreal celebra el año que viene su 375 aniversario por lo que la mejor forma de empezar a descubrir sus orígenes y su historia es pasear por las calles empedradas de su casco histórico, Old Montreal, o iniciar el recorrido en una elegante calesa. Es el barro más romántico de la ciudad y está repleto de historia. Sus edificios de los siglos XVIII y XIX nos recuerdan a París y además de su belleza arquitectónica, le añaden un toque de singularidad las galerías de arte, las tiendas de artesanía, los bistros y cafés.

2. En el centro de la parte antigua, en la plaza de Armas, se levanta la basílica de Notre-Dame, una joya neogótica que fue construida entre 1824 y 1829. Aunque su arquitectura exterior es maravillosa, lo que realmente te dejará con la boca abierta es el altar y la bóveda en dorado y azul que le infunden una espiritualidad cautivadora. También hay que contemplar con atención sus vidrieras, que en lugar de narrar historias bíblicas cuentan la historia religiosa de la colonia Ville-Marie que fue el germen de Montreal.

3. Nuestro recorrido por el Viejo Montreal puede acabar en el viejo puerto, utilizado por los franceses desde comienzos del siglo XVII para comerciar con pieles, pero que fue rediseñado en los 90 y es ahora el alma social, recreativa y cultural de la ciudad. Se puede visitar la Torre del Reloj, el Centro de Ciencias de Montreal o dar un paseo en barco para mirar a la ciudad desde otra perspectiva. Seis millones de personas visitan cada año el primer enclave portuario de la ciudad.

4. El centro de Montreal hay mansiones victorianas y museos, pero también ofrece una panorámica admirable de sus rascacielos. En la larga calle de Saint-Catherine hay centros comerciales, boutiques de lujo y se encuentra el acceso a la ciudad subterránea, el complejo bajo tierra más grande del mundo donde estar al resguardo del frío. Tiene 33 km de calles peatonales –hay varias estaciones de metro-, y muchos centros comerciales, como el de Promenades Cathédrale, que se construyó para evitar que se hundiera Christ Church.

5. Después de haber pateado la ciudad, hay que hacer un último esfuerzo y subir al Mont Royal, desde el que se divisan magníficas vistas de Montreal. Fue diseñado por Frederick Law Olmsted, el arquitecto paisajista y botánico creador del neoyorquino Central Park. En invierno se puede patinar en la Laguna de los Castores, en el centro del parque, y después hay que sumergirse en el Plateau Mont Royal, el barrio más hippie, en el que viven artistas, estudiantes y gente bohemia. Aquí están las galerías, los bares y tiendas más de moda de la ciudad.

6. Bajando por la ladera del Monte Real encontramos la iglesia del Oratorio de San José o 'casa de los milagros'. Hay que subir los escalones de un largo paseo para acceder a la terraza en la que se levanta el templo y antes o después de entrar admirar la amplia panorámica de Montreal. La capilla es impresionante por su juego de luces y color y en el museo del Oratorio hay reliquias sagradas y el corazón del hermano Andrés, su fundador, al que se le atribuyen poderes curativos.

7. Para realizar todo tipo de actividades invernales uno de los mejores lugares es el parque Jean Drapeau donde se puede practicar esquí de fondo, descender por toboganes de nieve o patinaje sobre hielo. Está a cinco minutos del centro de Montreal y es un lugar perfecto si se viaja en familia. Ofrece una amplia oferta cultural y se puede visitar el Museo de la Bioesfera, diseñado por el arquitecto americano Buckminster Muller como pabellón de Estados Unidos en la Exposición Universal de 1967. Impresiona su gran cúpula de 76 metros que parece una enorme burbuja de agua.

8. Otras alternativas que ofrece Montreal para huir del frío son sus cabañas dulces donde saborear la famosa miel o jarabe de arce y otros platos tradicionales. Entre febrero y marzo es cuando se extrae la savia del arce y hay numerosas excursiones a las granjas y cabañas para ver el espectáculo de su recolección.

9. En el parque olímpico hay que subir a lo alto de la torre de Montreal que con sus 165 metros de altura y 45 grados de inclinación es la torre más alta inclinada del mundo. Fue levantada en 1976 para los Juegos Olímpicos de verano celebrados en la ciudad.

10. Para vivir el invierno en Montreal de una forma diferente, del 18 de febrero al 5 de marzo, la ciudad celebra la décimo séptima edición del festival de invierno más grande del mundo. Durante los días del Montréal en Lumière, más de 900.000 personas viven plenamente el invierno con música, gastronomía, espectáculos… infinidad de actividades para todas las edades y todos los gustos para no aburrirse ni un instante.

Más información:
Turismo de Montreal
Turismo de Canadá

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