Petroglyph Beach, la playa prehistórica de Alaska

La isla de Wrangell se encuentra en el sur de Alaska, en el pequeño reguero de islas y archipiélagos que se suceden con la Canadá continental como testigo. Es famosa por una de sus playas, la de los Petroglifos, para muchos un lugar mágico y lleno de energía desde que se descubrió aquí la mayor concentración de estos símbolos de todo el continente norteamericano.

Conocida en inglés como Petroglyph Beach (el nombre no deja lugar a dudas sobre el por qué es famosa esta playa), se cuentan más de cuatro decenas de estos diseños diseminados por la playa, en grandes rocas de un intenso color negro dispuestas sobre una gravilla típica del Pacífico Norte. La mayoría son solo visibles cuando baja la marea, lo que hace que los arqueólogos deduzcan que fueron creados cuando el nivel del mar era más bajo (el hielo se derritió en esta región hace unos 12.000 años).

Su autoría se la han ganado los antepasados de la tribu Tlingit, ya que este pueblo prehistórico de Alaska mantiene trazos de los dibujos en sus esculturas y totems. En ellos se ven, sobre todo, ballenas y salmones, lo que da pie a que estemos ante ofrendas y llamadas a los dioses para que empujaran los bancos de estos peces hacia sus aguas para ser pescados, así como alguna ballena. Además, coincide con que los petroglifos están en lo que fueron desembocaduras de ríos, lo que reafirma la teoría.

Tocar o caminar sobre estas rocas está prohibido, aunque es posible hacerlo con réplicas en los centros de estudio presentes en la zona, Parque Histórico del Estado de Alaska desde el año 2000. Además, hay un paseo marítimo accesible con vistas a la playa y sus rocas con, mínimo, 8.000 años de antigüedad. Al encontrarse a una corta distancia del puerto de Wrangell, no es difícil llegar a ella y disfrutar de un poquito de prehistoria que se mantiene latente decenas de siglos después.