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UN LUGAR SAGRADO PARA LOS BUDISTAS

Peregrinación a 'la corona de Birmania'

La espectacular Pagoda de Shwedagon en Rangún es uno de los templos más vistosos y únicos del planeta. Conocida como 'la Corona de Birmania', destaca por su impactante dorado y tamaño.

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Myanmar se encuentra en el cruce de las grandes civilizaciones de India y China, junto al océano Índico y Tailandia. Es uno de los países más grandes y diversos del Sudeste Asiático y uno de los destinos más misteriosos y desconocidos del mundo, una tierra de extraordinaria belleza y encanto, llena de contrastes, donde la modernidad se va abriendo paso poco a poco.

Si decides visitar el país, podrás disfrutar de fascinante selvas vírgenes, montañas nevadas y playas de aguas cristalinas, pero también de una herencia y un patrimonio que abarca más de dos mil años. Espectaculares monumentos y ciudades antiguas vibrantes que no te dejarán indiferente. Este país con una historia centenaria ha conservado un sinnúmero de monumentos y con razón es conocido como el País de Oro o La Tierra de las pagodas de oro. Hay más de 2.500 pagodas, de hecho, el país entero es una enorme reserva arqueológica, que conserva con mimo la herencia de antiguas civilizaciones.

Hay una visita obligada que no te puedes perder: la pagoda de Shwedagon, el templo más sagrado y venerado de la antigua Birmania. Con sus 2.500 años de antigüedad, esta considerado como una de las maravillas del mundo religioso. La magnífica Shwedagon se eleva majestuosamente sobre la colina de Singuttara al norte del centro de Rangún (o Yangón), proyectando su brillo dorado sobre la capital.

El complejo guarda reliquias sagradas de Buda y otras reliquias que son veneradas por los que profesan la religión budista. Algunos historiadores creen que esta pagoda budista fue construida entre los siglos VI y X. Y cuenta la leyenda, que la edificación dos hermanos que tuvieron un encuentro con Buda Gautama, también conocido como Siddartha.

La Pagoda de Shwedagon, es una estructura en forma de campana alta, de 100 metros de altura, que se asienta sobre una base, y puede verse desde cualquier lugar de la ciudad. Brilla cubierta con cientos de placas de oro. Está decorada en su parte superior con incrustaciones de diamantes, 4.531 para ser exactos, 2.317 rubíes, zafiros y otras gemas, además de con 1.065 campanas de oro y, en su parte más alta, con un diamante de 76 quilates. No es de extrañar que Shwedagon sea conocida también como 'la corona de Birmania'.

La base está cubierta también por placas de oro, por lo cual también se la conoce como la 'pagoda dorada'. Sin duda, estamos ante una de las maravillas del mundo religioso. A pesar de que la pagoda se localiza en el bullicioso centro de la ciudad de Yangón, en su interior reina el silencio y la tranquilidad, es realmente sorprendente. Uno puede sentarse tranquilamente y meditar, rezar, o simplemente admirar su belleza con calma.

La Pagoda de Shwedagon destaca por su arquitectura, las esculturas y las obras de arte que se pueden contemplar en su interior. Un complejo con cientos de coloridos templos que es más que un lugar de culto, ya que custodia el arte y la historia de Myanmar. Realmente impresiona, y seas o no creyente, sentirás su energía y vivirás momentos indescriptibles visitándola. Las dimensiones de este templo son espectaculares y todo se encuentra perfectamente conservado y reluciente.

Para entrar en el Shwedagon hay que descalzarse y recuerda vestir apropiadamente para no molestar a nadie. En escaleras y puentes que conducen al santuario principal, los peregrinos se reúnen y depositan flores o compran recuerdos religiosos. Un bonito gesto que el turista también puede hacer. Un entorno sagrado único en el mundo.

Más información:

Pagoda de Shwedagon

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