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Europa

Una pequeña iglesia en medio de un lago

Pequeña y de madera, St. Andrew se levanta sobre una roca en medio del Vuoksa

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A veces hay lugares que llaman la atención por su curiosa y original situación geográfica. Y no solo hablamos de condiciones extremas, es decir, de hoteles situados en el borde de un acantilado, de estaciones de esquí a cientos de metros de altitud o de construcciones en paisajes imposibles. Sino que también hay edificaciones que destacan porque, en teoría, se encuentran en sitios en los que no encajan. Seguramente es esto lo que les convierte en lugares especiales y lo que hace que derrochen tanto encanto. Anualmente atraen a muchos visitantes que, habiendo leído previamente historias sobre ellos, acuden al lugar en busca de paisajes insólitos y fotogénicos. O puede suceder que haya viajeros que se encuentren por la zona y acudan a ellos recomendados por los propios habitantes del lugar. Uno de ellos es, sin duda, una pequeña iglesia que se encuentra en medio de un lago en Rusia. Está situada a muy poca distancia de San Petersburgo y fue construida en el año 2000. Su singular ubicación le valió un reconocimiento digno de mención: entró en el libro Guinness de los Récords como la única iglesia del mundo construida en una pequeña isla. El pequeño templo se encuentra sobre una roca monolítica que sobresale del agua. Es decir, en invierno cuando las nevadas y el hielo son una constante en esta zona, el agua alrededor de la iglesia se congela y se puede llegar andando hasta ella perfectamente. Tiene el nombre de Iglesia de San Andrés y está en el medio del río Vuoksa, situado en la región de Leningrado. Depende de la iglesia de Konevskava y sus servicios se llevan a cabo con previa cita, pudiendo celebrar en ella bautizos y bodas muy singulares. Desde la orilla hay que coger un barco que en muy poco tiempo llega a la iglesia, por lo que todas las ceremonias gozan de una intimidad envidiable, sin curiosos a la salida. Sus promotores fueron dos profesores de la universidad de arquitectura que consiguieron que su idea se hiciera realidad. Alrededor del mundo existen otras iglesias situadas sobre el agua, aunque esta acapara a un gran número de visitantes debido a su reducido tamaño, lo que la convierte en más acogedora y llamativa. Esta hermosa iglesia es el lugar perfecto para entrar en contacto con la naturaleza, disfrutar del paisaje y aprovechar para pensar y meditar en silencio. El paisaje es único, con la calma que transmite gran parte de los terrenos que pertenecen a Rusia, pero está alejada del bullicio de las grandes ciudades. Su nombre se le otorgó en honor al apóstol y también a uno de sus constructores.

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