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América Sur

Tras los pasos de los Jesuitas en Paraguay

La misión de la Santísima Trinidad del Paraná es hoy, en ruinas, testigo de la evangelización del pueblo guaraní.

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Fue en el siglo XVII cuando comenzaron a construirse las primeras misiones Jesuitas en las colonias españolas de América del Sur. Su objetivo era concentrar a los indígenas para evangelizarlos y, a la vez, protegerlos de los cazadores furtivos de esclavos (en las colonias españolas estaba prohibida la trata, no así en las portuguesas, pero se hacía caso omiso). De todas las que se levantaron, las más importantes fueron las que se levantaron al sur del actual Paraguay, pensadas para pueblos guaraníes y que se convirtieron en verdaderos poblados autosuficientes y escuelas de arte. De ellas, la más importante es la de de Santísima Trinidad del Paraná, en la región de Itapúa. Allí los jesuitas enseñaban idiomas (español y latín) y música de cámara. Además, los indígenas aprendían a construir instrumentos (los que han sobrevivido al paso del tiempo son hoy piezas de muchísimo valor) y también se convirtieron en expertos escultores. Ubicada en una colina y accesible en coche, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1993. Hasta entonces, su historia fue irregular. Fundada en 1706, dos décadas después era toda una gran ciudad para aquel entonces, con una población de 3000 indígenas guaraníes. Sin embargo, acabó siendo abandonada y no se volvió a saber de ellas hasta principios del siglo XX. Su arquitectura y urbanismo, que se ha conservado bastante bien y que constantes mejoras ayudan aún hoy a preservarla, permite conocer al dedillo cómo era la vida en este rincón del siglo XVIII. Visitarla es vivir la historia en estado puro. Hay que acercarse al Museo Jesuítico localizado en la antigua sacristía de la iglesia principal, dónde se pueden apreciar esculturas y una maqueta de la misión. De hecho, este es el mayor templo construido por los jesuitas de entonces, y en él se puede apreciar el Friso de los ángeles músicos. Acercarse hasta aquí tras una visita a las cataratas de Iguazú es mucho más que un gran plan. Y seguro que los que aún tienen en la retina la película 'La misión' se emocionarán a cada paso.

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