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RED DE GALERÍAS

Un paseo por los pasadizos subterráneos de Tallin

La torre Kiek in de Kok esconde túneles históricos sin igual. Comenzaron siendo un lugar desde el que espiar a los invasores, luego fueron refugio antiaéreo y en los 80, zona de marcha y movida. Hoy, toda una atracción de la capital estonia.

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Bajo las calles adoquinadas de la ciudad de Tallín, la capital de Estonia, existe un mundo húmedo, frío, misterioso y fascinante. Una red de galerías oscuras por las que vas a poder pasear. Túneles con paredes revestidas de caliza, que fueron excavados en el siglo XVIII, y que han sido testigo de las vicisitudes de la historia.

Se ordenó su construcción para servir como vía de comunicación rápida y segura dentro de la ciudad y como muralla de protección frente a los enemigos, y además  permitían que las tropas y los cargamentos de armas se pudieran desplazar a en el menor tiempo posible. Comenzaron siendo un lugar desde el que espiar a los invasores suecos, kilómetros de túneles oscuros y húmedos que más tarde se utilizaron como refugio anti aéreo durante la Segunda Guerra Mundial. En la época de la Guerra Fría, los subterráneos se modernizaron, la época soviética los dotó de una instalación eléctrica, de agua corriente, de ventilación y de teléfono.

Años más tarde, los subterráneos de Tallín fueron abandonados a su suerte, pero no olvidados. Las entradas estaban claramente marcadas en la superficie y formaban parte del paisaje de la ciudad. Pero nadie de aventuraba a entrar en ellos. La oscuridad y su naturaleza laberíntica mantuvo a la población alejada. Finalmente, los jóvenes de la ciudad los reconvirtieron durante los 80 y los 90 en un lugar «underground» en el que celebrar fiestas, y los sin techo, en su lugar de residencia.

En el año 2003, un equipo de obreros encontró por casualidad las galerías cuando realizaba unas obras en los cimientos de la ciudad, cerca del Museo de las Ocupaciones. Y hoy, ya rehabilitados, se han convertido en una atracción turística de primer orden. Durante la visita guiada, puedes dar un paseo por los túneles y descubrir las salas remodeladas. Hay recorridos en varios idiomas y varias partes se han reconstruido con la presencia de maniquíes y material de época a modo de museo.

Ropas de época, máscaras de gas y otros elementos, hacen que el recorrido, se convierta en una experiencia algo aterradora. En un segundo tramo, un pequeño tren futurista nos conduce a una sala en la que se proyecta una película sorprendente.

Los túneles de piedra caliza tienen 1,5 m. de ancho y de 2,5 a 3 metros de altura, por regla general cubiertos por bóvedas de cañón. Las paredes llegaron a tener hasta cuatro metros de espesor, con amplias cámaras en algunos pasajes   con  orificios de ventilación en los techos. Y los diferentes niveles estaban conectados por escaleras. Actualmente se pueden visitar un total de 470 metros.

La torre Kiek in de Kök, junto con los túneles y los bastiones suecos, son una parte emocionante de las fortificaciones históricas de Tallin. La exposición de "Kiek in de Kok y Bastion Passages" es un viaje que comienza en 1219 y que ofrece información y entretenimiento con innovadores audiovisuales, efectos sonoros y medios multimedia que nos hablan del nacimiento y la evolución de Tallin, de la historia de las fortificaciones de la ciudad, de los acontecimientos militares más importantes y de la historia de los pasajes. En un corto túnel que conduce al bastión de Suecia, el tren futurista nos traslada al año 2219.

Y desde el café de la torre, las magníficas vistas de la ciudad nos permiten regresar al presente.

Más información: 
Los túneles están abiertos al público de martes a domingo de 11 a 17 h.
Las entradas hay que comprarlas en el Museo Kiek in de Kök.
Kiek in de Kök & Bastion Tunnels

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