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UN VIAJE A LA BOLONIA MEDIEVAL

Paseo por la historia en el antiguo barrio judío de Bolonia

Prepara una escapada a la ciudad de Bolonia y sumérgete en la aventura de descubrir un rincón muy especial. La antigua judería es hoy todo un entramado de calles que invita a descubrirlas con calma, paseando tranquilamente.

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El antiguo barrio judío de Bolonia, en pleno centro medieval de la ciudad, conserva su estructura original: un laberinto de callejuelas y pasos suspendidos, puentes cubiertos y pequeñas ventanas que nos hablan de la historia de toda una comunidad. Pasear por aquí es descubrir un mundo lleno de vida, con sus talleres artesanales, y disfrutar con calma de una de las partes más interesantes y sugerentes de esta ciudad. En cada rincón hay una pequeña historia; en cada esquina, este barrio tiene algo que contar.

Con sus callejuelas apartadas y tranquilas, el barrio es ideal para dar un paseo. Lo mejor para conocerlo es empezar por la calle dei Giudei, entrando desde la Plaza de Puerta Ravegnana, una plaza amplia dominada por dos imponentes torres y por la iglesia de San Bartolomeo, desde la que se dice que los domingos, los judíos estaban obligados a escuchar la santa misa. Pasar después por la calle del Inferno es adentrarse en espacios que son ya más estrechos. En tiempos estas calles fueron una encrucijada frenética, donde comerciantes, banqueros y traperos trabajaban sin descanso. La Calle dei Giudei se llama así por la presencia de familias judías antes de la creación del barrio.

El barrio es un área vasta que antaño estaba cerrada por dos verjas. La primera se encontraba al comienzo de la calle de Giudei y la segunda en la actual calle Oberdan. La Calle del Inferno era la calle principal en la que se enlazaban una trama de calles pequeñas y a la que se asoma el edificio religioso más importante del gueto, la antigua sede de la Sinagoga edificada a mitad del 1800. Entre 1586 y 1593, la comunidad judía de Bolonia se reunía en este edificio; una lápida en la parte exterior testifica su origen y recuerda las vicisitudes de la comunidad judía a lo largo de los años.

Y no son pocas, comenzando por el propio edificio, que fue destruido y reconstruido en 1928. Los bombardeos de 1943 lo destruyeron de nuevo y la sinagoga actual es una reinterpretación moderna de la anterior. En su fachada de la calle Mario Finzi podemos ver una lápida que recuerda los nombres de los 84 boloñeses deportados a los campos de exterminio alemanes.

En el callejón Mandria se encuentra la famosas Torre Uguzzoni. Treinta y dos metros, sobre una base revestida de bloques de selenita, con un mirador en lo alto que se remonta al seiscientos o setecientos. Una torre que se cree que fue más una casa torre que una torre de defensa. La plaza Marco Biagi está dedicada al Profesor y Catedrático Marco Biagi, experto de derecho del trabajo, asesor del Ministerio del Trabajo, que fue asesinado por las nuevas Brigadas Rojas cuando entraba a su casa.

En la Plaza San Martino desembocan las calles Valdonica y Marsala y se encuentra la iglesia de San Martino que se remonta al 1217-1227. Una iglesia a la que se accedía atravesando un pequeño puentecillo sobre el torrente que pasa por delante, y que fue cubierto en el cuatrocientos, permitiendo ensanchar el edificio. En su interior hay obras pictóricas entre ellas pinturas de Francesco Francia, Amico Aspertini, Paolo Uccello, Lodovico Carracci, Lorenzo Costa, Girolamo da Carpi, Alessandro Tiarini y Girolamo da Sermoneta.

No dejes de visitar el  Museo Judío de Bolonia que abrió sus puertas para  conservar, estudiar, y dar a conocer el rico patrimonio cultural judío de Bolonia y de otros lugares de la región.

El único acceso al ex gueto que se puede reconocer hoy en día es la bóveda que une la iglesia de San Donato, del siglo XVIII, con el antiguo Palacio Manzoli, luego Palacio Malvasia, del siglo XIII, del que solo quedan algunos arcos de puertas. Casa Sforno es otro palacio que en tiempos fue la vivienda, el oratorio privado y el banco de préstamo de la familia Sforno, unos judíos originarios de Barcelona, transferidos a Bolonia en el siglo XV.

El Palacio Bocchi propiedad del humanista boloñés Achille Bocchi se convirtió en sede de la academia Hermatena fundada por él. Y en él se conservan pinturas al fresco del quinientos de Prospero Fontana. En su zócalo tiene dos inscripciones en hebreo. Una de ellas, única en Italia y en Europa, una inscripción en hebreo en un edificio monumental que reproduce en caracteres hebreos un verso del salmo 120 del Salterio: "Señor, libérame de los labios embusteros y de la lengua engañosa"; la otra, trata de la I Epístola de Orazio, está en latín: "Serás rey, dicen, si actuarás rectamente".

El primer cementerio judío en Bolonia que se ubicaba en una calle del barrio, dejó de existir en1569 después de la expulsión de los judíos de la ciudad. El cementerio fue cedido a las monjas de San Pietro y destruido. Pero de aquel antiguo cementerio se conservan cuatro lápidas sepulcrales que puedes ver en el Museo Cívico Medieval de Bolonia. El actual cementerio judío, se encuentra en la Certosa de Bolonia, con tumbas y monumentos que merece la pena conocer. Prepara una escapada a la ciudad de Bolonia y sumérgete en la aventura de descubrir la historia de una comunidad muy especial.

Más información:
Turismo de Bolonia

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